El futuro del puerto de Vigo puede verse comprometido por la saturación del espacio portuario y por la falta de conexiones ferroviarias. Así se desprende de un breve informe elaborado por el Foro de Entorno Socioeconómico del Círculo de Empresarios de Galicia, sobre la situación de los puertos gallegos de interés general.
Aunque las carencias en transporte ferroviario son comunes a los cinco puertos gallegos, es especialmente preocupante en el caso de Vigo, que es, además, el que ha visto más mermado su potencial de crecimiento en la última década. En el extremo opuesto, el puerto exterior de Ferrol tiene en ejecución estas infraestructuras, que previsiblemente estarán disponibles en un par de años.
En líneas generales, los puertos gallegos de interés general han perdido peso en el conjunto de Puertos del Estado en esta década. De hecho, su tráfico ha pasado de representar casi el 7 % del volumen total del organismo estatal en 2010, al 5,85 en 2019 y al 5,5 en 2020.
De acuerdo con el análisis realizado por el FES, entre 2010 y 2019, los entes que integran Puertos del Estado incrementaron en un 30 % el volumen del tráfico portuario, tres veces más que los puertos gallegos. Dentro de Galicia, es el de Vigo el que ha visto más constreñidas sus cifras, sin apenas variaciones (el crecimiento no llegó al 1 % en este periodo), una situación paliada apenas por el hecho de que fue uno de los dos puertos españoles de interés general que registró cifras positivas el año pasado.
El FES considera que Galicia en general, y Vigo en particular, no puede volver a dejar pasar una oportunidad histórica para convertirse en enclave neurálgico del transporte marítimo internacional, aprovechando nuestros recursos naturales y su situación geoestratégica. Para ello, nuestros puertos deben dotarse a medio plazo tanto de las conexiones ferroviarias necesarias (Corredor Atlántico y salida sur, de enlace con Portugal), como de líneas de atraque adecuadas para atender en condiciones competitivas a los megabuques.
El Canal de Panamá o la Ruta transoceánica de la Seda obligan a plantear grandes proyectos de futuro de gran alcance, que contribuyan a colocar el sistema portuario gallego en el lugar que le corresponde por su situación estratégica en el Atlántico.
Hoy, como ayer, lo cierto es que, tal y como aseguraba Abel Caballero en enero de 2006 en la Tribuna CFV, como presidente de la Autoridad Portuaria de Vigo, “nuestro reto es convertirnos en el puerto referencial de contenedores de las fachadas cantábrica y atlántica, desde Francia hasta Lisboa. De nosotros depende conseguirlo o colapsar la posibilidad de crecimiento del territorio”.
Estamos, en opinión del FES, ante un punto de inflexión en el discurrir económico mundial, determinado por la nueva revolución industrial y tecnológica. Es por ello que hoy más que nunca son necesarios el liderazgo empresarial, el papel de la sociedad civil y la concienciación de la población, en un debate sosegado que atienda a esa convivencia entre ciudades y puertos, que no siempre es fácil pero cuya pervivencia es imprescindible para garantizar el desarrollo económico y el bienestar social. Los puertos son los principales pulmones de la economía gallega y su optimización devendrá en una nueva oportunidad para crear un sistema económico pujante, sostenible y digno.