miércoles. 05.02.2025

El adelanto de la plaga de procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) ha dejado de ser una sorpresa para convertirse en una preocupante realidad. Lo que antes era un fenómeno primaveral, ahora se presenta en pleno invierno, poniendo en riesgo a mascotas y personas.

Peligro para las mascotas

Los perros, impulsados por su curiosidad, suelen acercarse a olisquear estas orugas, lo que puede provocar que los tricomas se claven en su hocico u ojos, ocasionándoles inflamación, picores intensos y abundante salivación. En casos más graves, si llegan a ingerirlas, pueden sufrir necrosis de lengua o garganta debido al tóxico de los tricomas.

Recomendaciones de ANECPLA

Ante este escenario, la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) recomienda a las Administraciones locales incorporar campañas de prevención anuales para la temporada de otoño. Jorge Galván, director general de ANECPLA, señala que "es imprescindible que seamos nosotros quienes nos adelantemos a los peligros que esto puede llegar a ocasionar".

Además, ANECPLA destaca la importancia de que los trabajos de gestión de esta plaga sean llevados a cabo por profesionales, quienes realizarán un diagnóstico de situación para definir el tratamiento adecuado en cada caso.

Peligro para las personas

La oruga procesionaria también representa un peligro para las personas. El contacto con la oruga, o incluso con sus pelos, puede generar desde dermatitis y lesiones oculares hasta urticarias y reacciones alérgicas.

"Ni siquiera es necesario el contacto directo con las orugas", especifica Galván, "tan solo con el roce de uno de sus pelos es suficiente para provocar irritaciones y alergias, especialmente si éstos alcanzan los ojos".

Estos pelos, conocidos como "tricomas", actúan como dardos envenenados y pueden provocar irritaciones y alergias debido a la liberación de histamina.

Llamado a la prevención

Ante la creciente amenaza de la procesionaria del pino, es fundamental tomar medidas de prevención y সচেতনización. Mantener a las mascotas alejadas de las orugas, evitar tocar las orugas y sus nidos, y buscar atención médica en caso de contacto son algunas de las recomendaciones clave.

Asimismo, es importante que las autoridades locales implementen campañas de prevención y control de la plaga, y que los ciudadanos estén informados sobre los riesgos y las medidas a tomar.

La procesionaria del pino se adelanta: una amenaza creciente para mascotas y personas
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