Jorge Mario Bergoglio (Buenos Aires-Argentina, 1936), en su sacerdocio como jesuita, ejemplificó el papel de un pastor sencillo, muy querido por sus feligreses -para ellos era el Padre Jorge- por su cercanía, su manera directa de expresarse y de llegar al corazón de la gente, su humildad y su compromiso con los más necesitados. Encaminó su labor de apostolado a ayudar en los barrios más pobres y marginados de Buenos Aires (creando el Vicariato para las Villas de Emergencia), dejando una huella imborrable, dónde sigue presente debido al vínculo afectivo y espiritual que ha mantenido con su gente, apoyándoles en sus luchas y esperanzas, para que se respetase su dignidad como seres humanos (decía: “Mi gente es pobre y yo soy uno de ellos”).
Personaje auténtico como el que más, incómodo para el poder, con criterio propio, coherente con sus ideas y principios hasta el final, nunca se dejó deslumbrar por el boato, viajaba en transporte público y vivía de forma muy austera
Personaje auténtico como el que más, incómodo para el poder, con criterio propio, coherente con sus ideas y principios hasta el final, nunca se dejó deslumbrar por el boato, viajaba en transporte público y vivía de forma muy austera, y al llegar al Vaticano impuso sus reglas para seguir siendo el mismo de siempre. De joven estuvo muy unido a su abuela Rosa Vasallo, que fue la mujer que más influyó en su vida. De la mano del cardenal de Buenos Aires y primado de Argentina, Antonio Quarracino se convirtió en su más estrecho colaborador y unos años después, tras influir en Juan Pablo II para que Jorge Bergoglio (al que el cardenal primado llamaba ´santito´) fuera nombrado obispo auxiliar (1992) y posteriormente arzobispo coadjutor (1997), para acabar sucediéndole al frente del Arzobispado de Buenos Aires (1998), y con posterioridad, Juan Pablo II le crea cardenal (2001).
El 13 de marzo de 2013, tras la fumata blanca se anunció: ´Habemus Papam´, fue nombrado el papa número 266 de la Iglesia Católica, tras haber aceptado su elección, eligió el nombre de Francisco para su pontificado en honor a san Francisco de Asís, el hombre de la paz, del que ama, que nos da este espíritu de paz teniendo como objetivo de su pontificado: “una iglesia pobre para los pobres”. Que un jesuita elija seguir el camino de san Francisco de Asís para su pontificado es muy significativo, algo insólito diría yo.
El 18 de junio del 2015, el papa Francisco publicó la carta encíclica Laudato si (Alabado seas, mi señor, cantaba san Francisco, por nuestra madre tierra, esa casa común que todos debemos cuidar), es la frase inicial del Cántico de las Criaturas de san Francisco de Asís, sobre el cuidado de la casa común, es un canto a la ecología y a la salud de la humanidad, y una puerta abierta a la conversión ecológica para que las personas de fe empiecen a avanzar hacia un mundo mejor y más solidario. La Encíclica refuerza la importancia de la protección de la naturaleza, del aire, del agua y de la tierra, y propone cambios en los hábitos y comportamientos de los seres humanos, haciendo hincapié en la necesidad de promover estilos de vida saludables/sostenibles y de no malgastar los recursos naturales disponibles, que son escasos y no son inagotables. El papa Francisco está a favor de la vida, de la familia y de los pobres, y tiene muy claro que la injusta explotación de los recursos del planeta tierra es un pecado ante los ojos de Dios. Es nuestra responsabilidad y nuestro deber el alimentar un sentido de humanidad y de moderación. Todos y cada uno de los que tenemos alguna responsabilidad en nuestro ámbito de trabajo y de actuación, tenemos que poner el máximo empeño en despertar las conciencias respecto a la custodia de la creación.
Recientemente, el papa Francisco, en sintonía con su compromiso con el medio ambiente y con el planeta, tomó la decisión de electrificar el parque automovilístico del Vaticano, ya que en su programa Reconversión Ecológica 2030, tiene como objetivo reducir la huella de CO2 del parque automovilístico del Estado de la Ciudad del Vaticano y se propone una movilidad neutra en emisiones de CO2 para el 2030, y para ello firmó un acuerdo con Volkswagen para que en el 2024 le suministre una flota de 40 unidades de coches eléctricos 0 emisiones. De momento ya ha recibido dos unidades del modelo ID.3 Pro Performance, que ya han sido entregados al papa Francisco. El Papamóvil que utilice el Santo Padre en el Vaticano será un coche eléctrico.
Desde el máximo respeto y la admiración que le tengo al papa Francisco, siempre me llamaron la atención los muchos puntos de conexión que existen entre ambos, que intentaré sintetizar en este artículo.
En mi peregrinaje por la vida, creo que no hay nada mejor que mostrarse tal y como uno es, con sus luces y sus sombras, con sus fortalezas y sus debilidades, en definitiva, ser una persona auténtica, íntegra, coherente con uno mismo, con criterio propio y que obedece solo a su conciencia, además de ser incómodo para el poder, no hay nada mejor que no tener ataduras, ser libre a la hora de tomar decisiones.
Mi nombre de pila bautismal: Francisco (Ponteareas-Pontevedra, 1955). Inicié mis primeros estudios desde muy pequeño en el Colegio de la Divina Pastora de las Hermanas Franciscanas y mi mayor ilusión era llevar 15 pesetas al cole para bautizar un chinito, lo que hacía con cierta frecuencia, en ese momento, sin yo saberlo, se creó en mí un sentimiento de solidaridad y la necesidad de ayudar a los desprotegidos. Preparé el ingreso y cursé el bachillerato elemental en el Colegio Santiago Apóstol de Ponteareas y me fui interno a los Jesuitas de Vigo para cursar el bachillerato superior.
En el transcurso de mi etapa de formación escolar y adolescente, tuve un vínculo muy especial con el monasterio de San Diego de Canedo (anteriormente era un palacio propiedad de José Francisco Sarmiento Velasco Isasi), conocido como Convento de los Padres Franciscanos de Canedo, que perdura en el tiempo. De la mano del Padre Feijóo, formé parte del Coro Infantil San Antonio y recitaba el Cántico de las Criaturas; esas experiencias de vida dejaron huella en mí, no era otra cosa que el espíritu de la fraternidad franciscana, que me ha llevado siempre a apoyar las causas nobles de los más desfavorecidos, de aquellos que no tienen a nadie para darles un empujoncito cuando lo necesitan, son precisamente de los que me he sentido más cercano, y siempre que ha estado en mi mano he procurado estar a su lado para ayudarles y defender sus derechos y su dignidad (todos iguales en dignidad).
Mi abuela Lola, un ser único e irrepetible, con su ejemplo y sabiduría, con su rectitud de conciencia, con su saber hacer y siempre en su boca la palabra justa y adecuada para cada momento y situación, ha sido la persona que más influyó en mi vida, me adoraba, la quise con locura, y sigue influyendo en mí en cada paso que doy en mi caminar diario por la vida, me lleva en volandas por el camino correcto, por muy pedregoso que sea, procuro no desviarme ni un ápice, ella se disgustaría…
En el año 1972, tenía que incorporarme a Santiago de Compostela para iniciar -por decreto ley- los estudios de Farmacia siguiendo la tradición familiar y tenía tres opciones: CM La Estila, CM San Agustín y RU San Francisco, y como no podía ser de otra forma quise tener cerca a Francisco de Asís para que guiara mis pasos. Tuve como director espiritual al Padre Carlos Amigo Vallejo (ya fallecido, acabó siendo cardenal arzobispo de Sevilla), y al Padre Feijóo (ya fallecido), que hacía las veces de tutor y siempre estaba ahí para lo que hiciera falta, ya que era el director de la R.U. San Francisco.
Comprometido al máximo con la lucha contra el cambio climático, la transición energética y la economía circular, en el año 2021 di un paso adelante en un momento en el que la movilidad eléctrica estaba en pañales y generaba dudas, asumí dicha responsabilidad siendo coherente y consecuente con mi labor docente y divulgadora en el ámbito de la salud ambiental
En el período 1989-1990, durante las dos estancias de investigación realizadas en el Istituto Superiore dí Sanità di Roma, viví en el albergo Santa Chiara (en el centro histórico de Roma), pude conocer la bellisima città di Roma, y descubrir la belleza y el arte del Vaticano, y muy especialmente la Basílica y subir a la gran Cúpula de San Pedro, desde la que se divisan unas vistas panorámicas de la ciudad espectaculares; guardo un entrañable recuerdo de aquellas vivencias enriquecedoras, así como de la experiencia investigadora con mis colegas del centro más reputado de Italia en el ámbito de la salud y el medio ambiente.
Con motivo de mi toma de posesión como Hijo Predilecto de Ponteareas, la Hospedería del Convento de los Padres Franciscanos de Canedo me abrió sus puertas de forma excepcional para acoger a mis 40 invitados procedentes de África, América y Europa, fueron unos días de convivencia y amistad entrañables e inolvidables, en un marco incomparable.
En junio de 2015, tuve el privilegio y la enorme satisfacción de presentar la carta encíclica del papa Francisco en San Martín Pinario de la mano del arzobispo de Santiago de Compostela, Monseñor D. Julián Barrio Barrio. Durante mi intervención, entre otras muchas cosas, dije literalmente lo siguiente: “Esta encíclica ejercerá una influencia muy positiva a nivel global y aumentará el consenso mundial en torno a la autoridad moral del papa Francisco, mientras que los sectores más ultraconservadores y tradicionalistas del Vaticano y de la Iglesia Católica seguirán observándolo con cierto recelo y desconcierto, debido a los cambios profundos y necesarios que está promoviendo en la Iglesia Católica. En pocos años ha cambiado la mirada de la Iglesia, por lo que admiro la valentía, firmeza y determinación del Santo Padre, que Dios le conserve la salud para que pueda continuar su magisterio y labor de apostolado al frente de la Iglesia Católica, así como su renovación para adecuarla a los nuevos tiempos, tendiendo puentes y abriendo caminos de convergencia y de cohabitación con otras religiones, y poder culminar su obra”. Esta iniciativa, si mal no recuerdo fue la primera -o de las primeras- que tuvo lugar a nivel planetario, y me dio alas para asumir el compromiso de difundir la encíclica papal en diversos congresos internacionales celebrados en España y en Latinoamérica. Desde la humildad y sinceridad que me caracteriza, he de decir que tenía todas las papeletas para cumplir con esa misión, tras una trayectoria académica y profesional dedicada a la ´Ecología humana y salud´ y a luchar a favor de la salud ambiental del planeta (nuestra Casa Común) y a la igual dignidad de todos los seres humanos, en total sintonía con el contenido y la filosofía de la encíclica papal, además del vínculo con el Arzobispado compostelano desde la década de los 80 y mi perfil como católico y humanista cristiano, pero sin perder nunca mi independencia y criterio propio.
No es menos cierto que el ir así por la vida te pasa factura, lo he sufrido en mis propias carnes, tanto en el ámbito universitario, político y hasta en el familiar, pero lo más importante es tener una conciencia limpia, que nadie te pueda reprochar nada, obrar siempre pensando en el bien común y pasar haciendo camino al andar como diría Machado, con una trayectoria ejemplar al servicio de los demás.
Comprometido al máximo con la lucha contra el cambio climático, la transición energética y la economía circular, en el año 2021 di un paso adelante en un momento en el que la movilidad eléctrica estaba en pañales y generaba dudas, asumí dicha responsabilidad siendo coherente y consecuente con mi labor docente y divulgadora en el ámbito de la salud ambiental, y si con ello podía influir en la sociedad para avanzar hacia la transición energética y la movilidad eléctrica, mejor que mejor; de ahí que me pasé a la movilidad eléctrica, elegí un VW modelo ID.3 Pro 0 emisiones con bomba de calor, el mismo modelo que eligió el papa Francisco para el Vaticano, e instalé un punto de recarga (walbox) en mi plaza de garaje. El esfuerzo ha valido la pena, es el camino a seguir, a pesar de la escasez de puntos de recarga, la limitada autonomía de este tipo de vehículos, y su elevado coste para aquellos que nos dedicamos a la ciencia con vocación de servicio público.
En mi peregrinaje por la vida, creo que no hay nada mejor que mostrarse tal y como uno es, con sus luces y sus sombras, con sus fortalezas y sus debilidades, en definitiva, ser una persona auténtica, íntegra, coherente con uno mismo, con criterio propio y que obedece solo a su conciencia, además de ser incómodo para el poder, no hay nada mejor que no tener ataduras, ser libre a la hora de tomar decisiones. No es menos cierto que el ir así por la vida te pasa factura, lo he sufrido en mis propias carnes, tanto en el ámbito universitario, político y hasta en el familiar, pero lo más importante es tener una conciencia limpia, que nadie te pueda reprochar nada, obrar siempre pensando en el bien común y pasar haciendo camino al andar como diría Machado, con una trayectoria ejemplar al servicio de los demás. Ese va a ser nuestro legado en la tierra, ya que al otro mundo nos llevaremos solamente lo puesto, todo lo material se quedará aquí, pero nuestras obras y nuestro legado, si ha dejado huella, trascenderá en el tiempo y servirá de faro para los que vengan detrás.
Son muchas las coincidencias y los puntos en común que me unen al papa Francisco, un padre espiritual y un referente pastoral, que irradia humanidad. En un mundo en el que se echan en falta líderes que dirijan el destino de los pueblos del mundo hacia la paz, la justicia, la igualdad y dignidad para todos, el único líder que existe actualmente en el mundo actual con los pies en la tierra es el papa Francisco.
Agradecerle al papa Francisco que en el 2016 contribuyera a mi Liber Amicorum con una bendición apostólica preciosa, un recuerdo imborrable.
¡Que Dios le conceda salud y larga vida al papa Francisco!