Paseando tranquilamente por la cala de Anido, una pequeña playa resguardada y de arena fina, vamos disfrutando de las vistas de la Ría y del casco urbano de Muros. Nuestros ojos se detienen ante una construcción de tamaño considerable (22,5 metros de largo por 7 metros de ancho), y cruzamos la pasarela de madera para acercarnos a un molino de mareas, el más grande de Galicia.
El Pozo del Cachón, mandado a construir por Don Ignacio Pérez Bazarra, en la segunda mitad del siglo XIX, obedecía a la acuciante demanda de harina de maíz, ingrediente clave en la alimentación de los habitantes de la Ría. Para los más curiosos resulta atractivo contemplar el dique de más 230 metros de longitud que retiene las aguas de las mareas y del pequeño Río Valdexería. Cuando el nivel del agua sube, se obtiene un precioso efecto óptico en el que parece que el molino ‘flota’ en el agua.
Pero no sólo fue un molino. En el primer cuarto del siglo XX, la parte destinada al almacén se utilizó como una casa de baños de algas para paliar diversas dolencias, recibiendo el nombre de Baños de Santa Rita. Fue sólo el inicio del declive del molino, que cedió al inexorable paso del tiempo y a las evidentes mejoras en la producción de harina, que relegó el papel de los molinos de mareas para ser sustituidos por molinos eléctricos.
Hoy en día, el edificio tiene una segunda vida como centro cívico y cultural. Dirigir tus pasos hacia el edificio es una garantía de obtener unas vistas fabulosas de Muros, aprender de la historia de la Ría, su evolución industrial y económica, y tomar conciencia del paso del tiempo para poner en valor las tradiciones y formas de subsistir económicamente conviviendo y respetando el entorno natural y las peculiaridades de la Ría.