Después de unos tres meses de trabajos de restauración y conservación en sus altares, la Iglesia Madre de Santa Comba de Vilariça -llamada así aunque su patrón es san Pedro-, hoy asombra y deslumbra al visitante. Su laboriosa restauración ha sido un éxito y la ha convertido en la joya de esta parroquia de Vila Flor, municipio transmontano, desde que se reabrió al culto el 20 de agosto de 2017.
El estado de degradación de sus altares colaterales en
madera dorada del siglo XVII y el altar principal en madera tallada del siglo
XVIII, requirió la preparación de un plan de intervención que consistió en su
remoción para restaurar toda la madera dañada y todo trabajos preparatorios,
accesorios y complementarios y para la posterior fijación de oro fino de 22
quilates.
La iglesia, del siglo XVIII y dedicada al patrón san Pedro, tiene un hermoso frontispicio, con dos columnas retorcidas y rematado por un frontón curvo, adornado con pináculos. Un hermoso campanario con una cruz en el centro completa el conjunto.
El 20 de agosto de 2017 se inauguraron las obras de
conservación y restauración de los altares de la Igreja Matriz de Santa Comba
de Vilariça. La intervención incluyó trabajos de conservación y restauración a
nivel de sus altares colaterales en madera dorada del siglo XVII y el altar
principal en madera tallada del siglo XVIII.
INAUGURADA POR EL OBISPO
Hubo muchos fieles que asistieron a la ceremonia de inauguración,
presidida por José Cordeiro, obispo de Bragança - Miranda, que tuvo lugar
simultáneamente con las fiestas locales en honor de san Bernardo.
En su intervención, José Cordeiro no ocultó la alegría que
sintió por la recuperación de los 5 altares de la Iglesia Madre, afirmando que
el trabajo realizado, una expresión de la fe del pueblo, es un orgullo para
todos y que esta recuperación solo fue posible gracias al esfuerzo Conjunto de
diversas instituciones y la comunidad. Destacó la importancia de la
conservación y restauración de estos altares en la perspectiva de preservar y mejorar
el patrimonio cultural.
Después de la inauguración de la placa conmemorativa, se
celebró la Eucaristía seguida de una procesión, que recorrió las calles de la
aldea.
SANTA COMBA DE VILARIÇA, PARROQUIA DE VILA FLOR
En el corazón de Vale da Vilariça y en la orilla derecha de
su ribera, la aldea de Santa Comba aparece con sus campos fértiles de los que
surgen los mejores olivares, vinos y frutas, ofreciendo un verdadero oasis de
belleza escénica.
Para dar testimonio de su interés histórico, cabe destacar
sus 3 cruceros medievales, la iglesia madre del siglo XVIII y la chimenea de
granito de la residencia Ochoas, un vestigio de las antiguas casas señoriales
en Trás-os-Montes. Otras marcas de tiempos pasados se pueden ver en casas con
historia y mucha tradición.
Perfectamente ubicada en el ‘Corazón de Vale da Vilariça’,
en la orilla derecha de su río, a 270 metros sobre el nivel del mar y al
noreste de Vila Flor, que está a unos 11 km.
Santa Comba aparece con sus campos fértiles donde brotan los
mejores olivares, vinos y frutas, ofreciendo un verdadero oasis de belleza
escénica.
Atestiguando su
interés histórico, se encuentran los hábitats romanizados de Ferradosa y Rego
do Souto, donde se recolectaron numerosos fragmentos de tégula y otros elementos
cerámicos.
La referencia a Santa Comba da Vilariça aparece en algunos
documentos antiguos, con énfasis en las Investigaciones de D. Afonso III, en
1258.
Santa Comba da Vilariça fue inicialmente conocida como Santa
Comba dos Frades. Perteneció al municipio de Vila Flor desde su fundación hasta
1841, año en que fue anexado al municipio de Alfândega da Fé, integrando
definitivamente una vez más el de Vila Flor en 1853.
La parroquia original pertenecía al Monasterio Bernardo de
Santa Maria do Bouro y tenía las iglesias de Benlhevai, Macedinho, Trindade,
Valbom, Vilar de Baixo, Vilarelhos, Santa Justa, Nozelos, Ridevides y Eucísia.
De su considerable patrimonio, podemos destacar:
• Tres cruceros medievales, de gran calidad artística. Son
propiedades de interés público antes del 23 de diciembre de 122 del 10-10-1933.
• La chimenea de la Casa dos Ochoas, un remanente de las
antiguas casas señoriales en Trás-os-Montes. Hecho de granito, tiene una base
piramidal en el tronco, sobre la cual descansa el cuerpo cuadrangular, coronado
por una cornisa y coronado por pináculos. Perteneció al Solar que dio origen al
Morgadio de Santo António.
• Casa da Renda: casa de almacenamiento y vivienda para
inquilinos o recolectores de alquiler en la Abadía de Santa Comba da Vilariça.
• Igreja Matriz, dedicada a san Pedro, el santo patrón. Sus
altares colaterales en madera dorada del siglo XVII y el altar mayor en madera
tallada del siglo XVIII fueron objeto de una intervención reciente, que
consistió en restaurar el retablo y recubrirlo con oro fino de 22 quilates.
Tiene un frontispicio noble, con dos columnas retorcidas y está rematado por un
frontón curvo, adornado con pináculos. Un campanario con una cruz en el centro
completa el conjunto.
• La Capilla de san Jorge, aproximadamente a un km al este
del pueblo, se considera, según la tradición popular, construida por D. Nuno
Alvares Pereira, durante el famoso ‘Alardo Geral da Vilariça’, del 8 al 20 Mayo
de 1386. (Esta es la concentración del ejército portugués en Vale da Vilariça,
dirigido por D. Nuno Álvares Pereira. En este evento, considerado uno de los
eventos más nobles de la historia de la región, el Coudel-Mor y el Rey D. João
I, quien buscó a las tropas).
• La Capilla de san Sebastião, en Monte Calvário, tiene un
altar mayor tallado del siglo XVIII. Desde su cementerio, se obtiene un
excelente panorama.
• Capilla de san António, barroca. Desde el siglo 18, fue
una capilla vinculada a Morgadio dos Almeidas y Sousa de Meneses.
Otras huellas de
tiempos pasados.
• Alminhas: otro testimonio de la religiosidad popular.
La fiesta en honor del santo patrón, S. Pedro, se celebra el
29 de junio.
La fiesta de san Bernardo tiene lugar el 20 de agosto.