La Xunta de Galicia y la empresa Repsol colaborarán para poner en marcha este mismo año un proyecto pionero en la Comunidad para la recogida de aceite de cocina usado de origen doméstico y su posterior transformación en biocombustible.
La vicepresidenta segunda y conselleira de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda, Ángeles Vázquez, y el director general de Transformación Industrial de Repsol, Juan Abascal, firmaron esta mañana un protocolo de colaboración para la instalación de puntos de recogida específicos para aceite en la red de estaciones de servicio que tiene la compañía en la Comunidad y que en estos momentos suma un total de 245 establecimientos.
Tal y como explicó la vicepresidenta, la intención es comenzar de inmediato las gestiones con las diferentes estaciones para buscar su adhesión a la iniciativa con el objetivo de conseguir el mayor número posible de puntos de recogida y garantizar que su cobertura llegue al conjunto de Galicia. De este modo, confió en que antes de que finalice el año los ciudadanos puedan empezar a depositar su aceite de cocina en alguno de estos puntos.
Tras recordar que a partir de 1 de enero de 2025 los ayuntamientos estarán obligados por ley a recoger de forma separada el aceite usado de origen doméstico, Ángeles Vázquez explicó que gracias a este proyecto se les facilitará a los ciudadanos el depósito y gestión de un residuo muy habitual y presente en todos los hogares, además de garantizar que reciba un tratamiento idóneo y se pueda transformar en un nuevo producto, dándole una nueva vida y evitando que acabe contaminando suelos y aguas.
De hecho, Repsol se encargará de recoger todo el aceite que se deposite en los puntos habilitados la tal fin en las estaciones participantes para transformarlo en biocombustible, reduciendo así las emisiones de CO2 en un 90% con respeto a la alternativa fósil.
En este sentido, la responsable autonómica puso en valor el compromiso de la compañía energética con la lucha contra el cambio climático, apostando por iniciativas que, como esta, contribuyen al desarrollo de modelos energéticos más sostenibles y a avanzar hacia una progresiva descarbonización.
En la misma línea, también hizo hincapié en la importancia de la colaboración público-privada y en la busca “de sinergias” entre las administraciones y los agentes económicos y sociales para actuar de cara a implantar la economía circular en la Comunidad y darle de este modo a los residuos una segunda vida.
Por último, la vicepresidenta enmarcó el protocolo firmado esta mañana en la Estrategia gallega de economía circular 2020-2030, un instrumento que desde su aprobación marcó la hoja de ruta a seguir por la Xunta para hacer de Galicia un ejemplo de sostenibilidad y uso eficiente de los recursos que facilite la transición de un modelo económico lineal basado en usar y tirar a otro más verde, sostenible y eficiente.
