Un equipo de científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha logrado avances sin precedentes en el conocimiento de la ecología del pulpo común, desvelando aspectos cruciales de su vida en la naturaleza, especialmente durante sus primeras etapas. Gracias al proyecto ECOSUMA, los investigadores han podido identificar patrones de alimentación, crecimiento y movimiento de las paralarvas y los juveniles de esta enigmática especie.
Uno de los logros más destacados del proyecto ha sido la creación de un biobanco de zooplancton, una verdadera joya para la investigación marina. Este archivo biológico, que alberga miles de muestras recolectadas durante décadas, permitirá a los científicos estudiar la evolución de las comunidades de zooplancton a lo largo del tiempo y comprender mejor su papel en los ecosistemas marinos. El biobanco no solo es una herramienta invaluable para los estudios sobre el pulpo, sino que también puede utilizarse para investigar otros aspectos de la ecología marina, como el impacto del cambio climático en los ecosistemas pelágicos.
Para desvelar los misterios de los desplazamientos del pulpo, los investigadores emplearon una técnica innovadora conocida como telemetría acústica. Pequeños dispositivos de seguimiento fueron implantados en algunos individuos, permitiéndoles rastrear sus movimientos en tiempo real. El análisis de los datos de seguimiento reveló patrones de movimiento sorprendentes, como la fidelidad a ciertas áreas y las migraciones estacionales relacionadas con la disponibilidad de alimento.
Estos hallazgos tienen importantes implicaciones para el desarrollo de una acuicultura sostenible del pulpo. Al conocer en detalle la dieta y los requerimientos nutricionales de las paralarvas y los juveniles, los acuicultores pueden diseñar dietas más adecuadas que promuevan un crecimiento rápido y saludable. Además, los datos sobre los patrones de movimiento y los hábitats preferidos pueden utilizarse para diseñar sistemas de cultivo que imiten las condiciones naturales y reduzcan el estrés de los animales.
Los resultados de esta investigación han sido publicados en prestigiosas revistas científicas y han generado gran interés en la comunidad científica y en el sector pesquero. Estos avances no solo contribuyen a la conservación del pulpo, sino que también abren nuevas vías de investigación para el estudio de otras especies marinas y para una mejor comprensión de los ecosistemas marinos en general.