Después del fiasco del gobierno de coalición entre Benjamín Netanyahu (Likud) y Benni Gantz (Blanco y Azul), el pueblo israelí se enfrenta a unas cuartas elecciones para elegir primer ministro e intentar formar gobierno.
Desde un primer momento, se veía que la coalición no era un camino de rosas, dadas las desavenencias de ambas formaciones, pero a “Bibi” le salió bien la jugada, en los acuerdos de gobernabilidad, estaba en que seguiría de primer ministro, hasta la mitad de la legislatura y sería en ese momento cuando el ex-general de ejército y ministro de defensa, Benni Gantz, tomaría el relevo. Pero, incapaces de aprobar presupuestos y con tantos desencuentros, Netanyahu decidió disolver el Kneset (Parlamento) y convocar nuevas elecciones (las cuartas en menos de dos años).
En esta llamada “Bibi” parte con ventaja, primero porque no dio oportunidad a su oponente de demostrar su capacidad de gobierno y segundo, que con la población vacunada casi al completo del COVID 19, su popularidad creció mucho.
José V. Moure.
