De “miedicas” a guerrera total. Ha crecido durante su enfermedad porque ha sabido enfrentarse con la adversidad. Marina es una superviviente. Tiene muy claro que ha ganado importantes batallas, pero no todavía la guerra. Está en el camino de la sanación...”Yo estoy en que no va a volver el cáncer...”, asegura con fe inquebrantable. Su optimismo es radical. La enfermedad le ha servido para tener más claro su sentido de misión en esta vida. Siempre supo que le gustaba ayudar a los demás y, ahora, a aquellas personas que como ella han tenido o tienen ese cáncer de ovarios que se denomina granulosa. No es muy común y afecta a mujeres en ovarios y a hombre en testículos.
“Mi cáncer nació en el hospital Álvaro Cunqueiro. Primero fueron unos desarreglos. Un tumor en el ovario...Los médicos deciden que hay que operar...Yo que era una miedicas y no sabía cómo iba esto, me negaba a operarme...ni de broma...Pero tuve que hacerlo porque peligraba mi vida”.
Contado con brevedad, la vaciaron y la mandaron para casa. Y un quiste en el riñón que se descubrió en una resonancia le volvió a salvar la vida ya que al hacer el seguimiento del quiste, los médicos descubren varios tumores en el abdomen de Marina Carrera (Tui, 1973).
Volvió a reproducirse el tumor de granulosa en el cordón umbilical y hubo que operar y dar tratamiento.
“Un 3 de abril del 2020, recuerda, me llamaron para decir que tenía cáncer…Yo me vengo abajo…Pienso: aquí hubo algún fallo, esto no es normal…Yo ya tenía que estar recuperada, haciendo vida normal, trabajando…y todo…Pero, no. Como me digo a mi misma: el quiste fue el que me salvó. Ahí estaba Dios. Para mí, esto es cosa divina…Él quiere que dé a conocer este tipo de cáncer que no es muy conocido. Es un cáncer que afecta a mujeres y a hombres, en ovarios y testículos”.
Y la buena de Marina, cuando le dan esa noticia, solo piensa en “ponerse las pilas”, dice. Un médico le dice que es cuestión de “suerte” el que sobreviva a ese cáncer. Pero ella deja la suerte para el juego y no es nada jugadora y además nunca le toca nada. Así que prefirió enviar a su cerebro la orden de “tengo que salir de esto como sea”. Y aquí tenemos a esta guerrera recuperando la normalidad de una enfermedad que la llevó a pelear desde 2017 hasta agosto de 2020. Su última quimio fue entre abril y agosto de ese año.
En total fueron 4 operaciones por la técnica de laparoscopia. Las dos primeras para vaciar y las dos últimas para limpiar el cáncer.
“Sé que voy por la senda de la curación. Muchos me dicen: has superado el cáncer…Yo aún no puedo decir tal cosa porque estoy con pruebas. Me dicen que tarde o temprano podría volver a aparecer…y tener que volver con la quimio. Entonces, en esta situación, no se puede decir que superé el cáncer. Eso, cuando pasen 5 o 6 años y ya no sabes más de él…De momento, voy por el camino de la sanación”, explica.
El secreto para llevar esta enorme carga, lo desvela a Diario Luso-Galaico: “Yo todo esto me lo tomé como una experiencia. Me decía a mí misma que no tenía derecho a hacer sufrir a los que tenía a mi alrededor. No quería que mis padres, mi hermano, mis primos, mis amigos…sufrieran. Tenía que salir adelante”.
Marina escondía su mal especialmente cuando venía de la quimio. Su cuerpo hinchaba todo por culpa de la quimio, sin facilidad para andar, subir escaleras…Pero ella, en esos días, se empeñaba en el ejercicio, aunque pronto su cuerpo se negaba a seguir…Iba a andar…forzándose a hacer ese ejercicio y se auto engañaba diciéndose: mañana voy a volver otra vez…Y los primeros días lo hacía, pero después…el cuerpo no respondía. Al encontrarse mal, tenía que meterse en cama…”Fueron días muy duros. Me quedé sin defensas. El proceso fue muy severo…”, recuerda.
MUERTE
Llegó a creer que se iba a morir. Se lo dijo a sus padres, familiares, amigos…”Empecé a regalarles cosas mías ...como recuerdo…Me fui despidiendo por si acaso…A todos les dije lo que había…”.
Su mentalidad de vida es grande. Afirma rotunda que “las flores se tienen que dar en vida. No como cuando uno se muere, la gente va allí...¡No, no! ¡En vida! Yo quería despedirme de todos”.
Reconoce que los compañeros de trabajo se volcaron. “Recibí mucho cariño. Eso es lo que recomiendo. Es una verdadera medicina para una persona que está con cáncer…El decirle que lo quieres, aconsejarle que luche…Es una medicina. Eso me ayudó mucho”.
En ese afán por ayudar a otras personas, Marina creó un canal propio en Youtube para ir subiendo vídeos sobre su enfermedad. Hoy un verdadero diario audiovisual que ayuda a muchas personas. Aunque casi no se le reconozca, admite: “A mí me gusta verme. Es más, yo les diría a todas las personas que tienen cáncer u otra enfermedad que se graben. Para que después, pasado el tiempo, se puedan ver…A mí me gusta verme. Si me olvido de cualquier cosa, voy al vídeo…”.
El tratamiento que le dieron contra el cáncer provocó una Neuropatía. Tuvo que resistir, ya que lo primero era eliminar el cáncer. La Neuropatía le provocó pinchazos en las manos y en los pies, se le caían las cosas de las manos y tenía dificultad para mantener el equilibrio, descargas eléctricas…”¡Mucho dolor. Horrible!”, resume.
Otra adversidad fue el trombo que le dio. Todo empezó acudiendo al Álvaro Cunqueiro un 6 de junio y le diagnostican una alergia. El martes 8 vuelve a su médico de cabecera y él habla con mi oncóloga y le dice que tengo que volver a urgencias del Álvaro Cunqueiro por un trombo en vena. Le hacen un Tac y da...y la ingresan una semana en el Cunqueiro. “El trombo me vino del reservorio –un depósito en el pecho para introducir la medicación y que no se lo habían quitado en previsión de lo que pudiera pasar-. Me empezó a hinchar la cara, los ojos le supuraban pus. Fui varias veces al médico y no sabían lo que tenía...Pensaban que era una alergia. Hasta que mi propio médico de cabecera fue el que reaccionó, llamó a la oncóloga y ella ordenó que rápidamente me fuese a urgencias del Álvaro Cunqueiro a hacer un TAC. Esta prueba cantó…Me estaba dando un trombo. Y pudo haber sido mortal. Pero, “¡afortunadamente, estoy aquí!”.
Marina Carrera es creyente católica y su fe en Dios ha sido otra componente para abordar esta enfermedad. “Mi fe me dio paz, mucha paz y mucha tranquilidad. Además creo que estamos en este mundo para algo…Todos tenemos una misión. Yo la descubrí en mi enfermedad. Ya sabía que me gustaba mucho ayudar a los demás. Siempre he querido hacerlo…”.
Una anécdota en su vida es que nunca había donado sangre. Y durante su enfermedad se percató de la importancia de donar sangre. Ella, como “miedicas”, tenía miedo a las agujas…Así que, un día, se acercó a donar, tras su primera operación. “Decidí ir a donar sangre y médula. Me dijeron que mi sangre no valía. Y me llevé una desilusión porque yo quería ayudar a otras personas. Quería hacer algo bueno, pero no podía. Al final, por el camino, siempre encuentras gente a quien poder ayudar y decirle cómo tiene que llevar bien su enfermedad”.
Y resume los principios para enfrentarse a una enfermedad como un cáncer. “Lo primero es aceptarla, sea la que sea. Si aceptas, vives. Y en eso es en lo que estoy yo. Estoy muy tranquila. No le tengo miedo a la muerte. Así lo puedo decir…Sé que me voy a morir…no sé cuándo…, pero yo soy feliz. A pesar de mi mal, soy feliz”.
Marina ha vuelto al trabajo. “Me noto que vuelvo a ser yo…Aunque me falte un poquito…
De los médicos, está sumamente agradecida aunque no siempre le dijeran la verdad. “Me ocultaban cosas…Creo que a lo mejor lo hicieron de buena fe. Se dieron cuenta de que yo era muy miedicas. Ellos querían que me operara ¡ya! Buscaban lo mejor para mí…pero, a veces, pasan cosas…”.
Ahora proclama esta tudense afincada en Tomiño que “con mi testimonio todos podemos aprender…Tanto médicos como enfermeras, enfermos…todos podemos aprender”.
Es que Marina ejerce, en cuanto puede, su misión. Por eso es una ‘youtuber’ con su canal, ‘Así soy yo Marina’. Es un diario audiovisual de estos últimos años de enfermedad donde se puede encontrar siempre salida, esperanza, optimismo…A Marina le gusta recordar esos momentos y no le importa ver como se veía en los momentos más duros de la enfermedad. Al cabo, lo que importa es que esta superviviente de cáncer de ovarios, granulosa, quiere ayudar a todos con su testimonio. Y cómo ayuda. Ya conectó a través de su canal con una chica mexicana que tiene este mismo tipo de cáncer y habla y comparte muchas cosas con ella todos los días.