jueves. 05.12.2024

Joaquín Romero, arquitecto técnico diagnosticado de esclerosis múltiple a los 22 años, vivió 28 años con una enfermedad que lo fue paralizando progresivamente hasta que, en 2018, falleció en su cama, moviendo únicamente los párpados. Sin embargo, quienes lo conocieron, como su amigo Pep Carrió, destacan su extraordinario carácter, su sentido del humor y su fe inquebrantable.

Pep Carrió, pastelero y biógrafo de Joaquín, convivió con él durante 15 años y ahora trabaja en un libro sobre su vida. “Incluso en sus últimas horas, Joaquín hacía bromas para quitar hierro a su situación. Siempre estuvo sonriente, a pesar de la enfermedad”, recuerda.

El comienzo de una lucha

Pep conoció a Joaquín jugando al fútbol en la escuela deportiva Brafa de Barcelona cuando ambos tenían 22 años. Poco después, Joaquín comenzó a experimentar los primeros síntomas: un cosquilleo persistente en las piernas y el cuerpo. Tras varias consultas médicas, se le confirmará el diagnóstico de esclerosis múltiple. “En una de las citas en las que lo acompañé, él mismo comentó: 'Este brote me dejó paralizado cuatro horas'. A partir de ese momento, Joaquín afirmó su enfermedad como un secreto personal con la Virgen, y efectivamente nunca hablaba de su dolencia.

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Joaquín con Pep Carrió. 

Este silencio no impidió que Pep empezara a tomar notas sobre la vida de Joaquín de cara al futuro: “Me di cuenta de que tenía al lado a un gigante”, expresa.

La resiliencia y las virtudes de Joaquín

A pesar de las limitaciones, Joaquín logró finalizar su carrera de arquitecto técnico, adaptándose a sus dificultades: algunos exámenes los realizó de forma oral porque ya no podía escribir. Más tarde, fundó junto a su hermano la empresa B&J Adaptaciones , especializada en adaptación de entornos para discapacitados.

“Joaquín era un hombre de virtudes que luchaba contra sus defectos”, afirma Pep. A pesar de su carácter meticuloso y su sentido del orden, era generoso y profundamente comprometido con los demás. Su vida de fe era intensa: asistía a misa regularmente, dedicaba largos momentos a la oración y nunca perdía la oportunidad de confesarse, incluso poniendo medios extraordinarios.

Una vida apostólica marcada por la alegría

Joaquín llamó a su enfermedad “el invitado imprevisto”, título de uno de sus libros. Vivió cada día con una actitud positiva, rechazando la desesperanza. “No hablaba de una muerte digna, sino de una vida feliz”, señala Pep, recordando cómo Joaquín se enfrentó con serenidad incluso sus últimos momentos.

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Joaquín Romero y Monseñor Ocáriz, Prelado del Opus Dei. 

Su vida estuvo marcada por el sacrificio y la entrega. En su mesilla de noche guardaba listas de amigos y conocidos por quienes ofrecían sus sufrimientos y oraciones. En palabras de Pep, estas acciones “parecían darle nueva energía, incluso en medio de su sufrimiento”.

Legado y proceso

Tras su fallecimiento, se han recogido numerosos testimonios sobre la influencia de Joaquín en las vidas de quienes lo conocieron. Actualmente, Pep trabaja en su biografía y colabora en la página web, www.joaquinromero.org , donde se pueden leer favores y ver vídeos sobre Joaquín.

Joaquin,el Padre y su madre
Joaquín, Monseñor Ocáriz  y María Rosa Salord, la madre de Joaquín

El sacerdote José Carlos Martín de la Hoz está recopilando toda la documentación necesaria para iniciar su causa de canonización, proceso que podría llevar a ser declarado Siervo de Dios. “Es importante que la gente pida cosas a Joaquín. Muchas causas no progresan porque no hay suficientes peticiones”, advierte Pep.

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Joaquín Romero.

Joaquín dejó un impacto imborrable en quienes lo conocieron, como en el caso de un guardia tetrapléjico que asistió a su funeral y escribió en su tableta: “Hoy es el día más feliz de mi vida. Ha muerto mi amigo Joaquín y seguro que está en el Cielo”.

La vida de Joaquín Romero es un testimonio de superación, alegría y fe. Un ejemplo de cómo transformar el sufrimiento en una fuente de santificación y apostolado.

Joaquín Romero: una vida ejemplar marcada por la alegría, la fe y la lucha contra la...
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