“Una perla aporta mucha luz”. Igualmente, de su interior, su alma de joyera-artesana desprende luz. “Mi trabajo es que esa gema luzca todavía más”, afirma esta profesional enamorada de las piedras preciosas y, especialmente, de las perlas. “Una joya dice mucho de uno”, sentencia. Viguesa afincada en la Ciudad del Apóstol, Katuxa Platero es una joven exquisita, pero no insufrible; de gran sensibilidad, que está enfocada en la Belleza; didáctica en extremo, porque quiere conocer a su cliente para ofrecerle la joya adecuada, personalizada. Su tienda, en rúa Bautizados, en pleno centro histórico de Santiago, es como un templo de la Belleza, una puerta al mundo de la alta joyería. Aquí recibe a DL-G. Ella misma confiesa: “¡Trabajo en lo que me gusta y trabajo con Belleza! ¡Cuántos pueden decir esto!”. Su conversación es como aquellas perlas que, al echarlas a rodar, desprenden luz interior.
Lleva 14 años en este negocio. Comenzó con una tienda de 13 metros cuadrados en la parte alta de la zona histórica compostelana. Hoy, Katuxa se trasladó a otra de 120 metros cuadrados, en rúa Bautizados, entre la praza do Toural y Porta Faxeira. Empezó con plata pero ahora ya está metida en la alta joyería. Una cucada de tienda que invita a una distendida conversación y tranquila compra, bajo la guía de esta diseñadora de ideas claras que transmite su amor por las gemas. Cada vitrina sustancia sus atrevidos e increíbles diseños y combinaciones. Ella explica todo, si el cliente tiene interés.
Menos su taller, el ‘sancta sactorum’, en la parte alta de la tienda, que ese no lo enseña a nadie. Es lugar de máxima confidencialidad. Es territorio de la máxima inspiración y creatividad. Es respetable su decisión, por supuesto.
Dice que está en este sector “por casualidad”. Su vocación nació estudiando Joyería en la Escuela Mestre Mateo de Santiago. Cuando profundizó en la historia de la Joyería, se prendó de ella, “aunque realmente me enamoré de las piedras”. Pero su vocación cristalizó definitivamente en Oporto, cuando empezó a trabajar para una compañía, y le abrieron aquella puerta de una nave que mostraba “toneladas y toneladas de piedras preciosas amontonadas”. Entonces se dijo a sí misma: “Ya está, esto es lo que quiero hacer; esto es lo que me va a llevar el resto de mi vida”. Fue la determinación de una joven que había acabado recientemente sus estudios y quedó deslumbrada por la Belleza. Desde entonces persevera en su propósito.
Su familia procede del trabajo artesano de la piel, con taller en Vigo. Al principio de su carrera, la familia trató de disuadirla de su empeño por ser artesana, porque “la gente no valora el tiempo y el esfuerzo” que supone la artesanía. Ahora, “están contentísimos”.
Katuxa tiene muy presente el ejemplo de su abuelo que, ya jubilado, “con sus ochenta añazos”, se levantaba a las ocho y todos los días iba al taller y, ante la pregunta de la nieta de qué hacía allí, contestaba: “Yo no sé hacer otra cosa y me gusta esto”. Por eso Katuxa ha heredado del abuelo “ese ser constante, muy trabajador y perfeccionista. A todo le daba muchas vueltas”. Recuerda la diseñadora cuando le mostró su primer anillo, con la ilusión del principiante…”Yo estaba muy orgullosa. Mira, abuelo…”. Y él le dice: “Bueno, esto está un poco torcido, ¿no?”. (Katuxa se ríe).
Hace unos tres años que su joyería ha alcanzado la certificación de Galicia Calidade. “Para mí la entrada en la familia de Galicia Calidade es como un premio al trabajo bien hecho, como a la excelencia. La verdad es que estoy muy orgullosa de formar parte de Galicia Calidade. Y me ha sentado como un premio: ¡lo estás haciendo bien y sigue haciendo las cosas bien. Es eso!”
La diseñadora no es amiga de “enterrar la pieza en el metal. Creo que una pieza tiene luz –sobre todo si son gemas buenas- como para embutirlas en el metal. Me da pena hacerlo. Mi trabajo es que esa gema luzca todavía más. Un buen diseño ha de ser ligero”.
Katuxa Platero concibe la joya como algo que quizá no te pones para ir al supermercado, pero sí para asistir a una reunión o para tomarte un café con una amiga. Por eso, la joya “tiene que poseer flexibilidad, no puede ser rígida ni demasiado compacta. Que te la puedas poner un día que te levantas princesa…”. Los collares procura que tengan multifunción y hasta en los broches les deja espacio para poder ponerlos en otros collares, en ropa…“Es importante poder jugar con las joyas. Si no, acabas aburriéndote de ellas. Y poder darles tu estilo personal”.
LAS PIEDRAS
El mundo de las piedras “es maravilloso”, dice la diseñadora-artesana. “Yo me quedo con la boca abierta…Yo no sé qué más van a extraer del subsuelo…¡Son bellísimas! Ves una piedra así, en bruto, sin pulir…¡Qué belleza! ¡Es que me las llevaría así! (exulta) Le daría una vueltecita y me la cuelgo. Si la gente conociese el mundo de las gemas…”.
Se entusiasma Katuxa y contagia entusiasmo por este mundo de la Belleza. Ella gusta de esas perlas irregulares, cuya singularidad a veces confunden a sus clientas porque creen que es un defecto de la piedra, cuando es un rasgo único en la naturaleza. En pendientes cuyas perlas no son iguales o regulares, a veces, tiene que explicar al cliente su verdadero e irrepetible valor.
Su preferencia por las perlas no debe ser confundida con esas otras perlas perfectas, redonditas, como dice, tipo Chanel. “Hay perlas barrocas, maravillosas en su irregularidad. La perla aporta muchísima luz. Es una piedra que se deja combinar muy bien. ¡Es muy agradecida! ¡Va con todo! No pesa y ofrece muchísimas soluciones”.
Las tareas de Katuxa incluyen también las restauraciones. Dice de ellas que “dan un poco de dolor de cabeza. Es verdad que es un trabajo difícil, pero agradecido. Sobre todo cuando se trata de piezas heredadas de mil novecientos del Art-Decó...”. Lo que se hacía hace unos años de quitarles los brillantes y fundirlas, ella no lo hace, si aprecia cierto valor en la pieza. Les aplica una restauración poco invasiva, porque a esta diseñadora le gusta respetar el trabajo de quienes crearon la joya. La restaura de la forma menos invasiva posible “para traerlas a nuestro siglo. Así hago de ella algo fácil de llevar todos los días”.
HOMBRE ENJOYADO
Katuxa también diseña para hombres, “aunque bajo encargo”. Tiene clientes que la llaman y le dicen que pasarán por tienda, que le tenga preparados unos cuantos pares de gemelos. Incluso algunos encargan anillos de diamantes. “El hombre cada vez se enjoya más. A mí me parece estupendo”, concluye.
AZABACHE
Tiene ahora un proyecto entre manos que es “un guiño y un cariño que le quiero ofrecer a los profesores que he tenido”. Aquí, en Galicia, lo que más se conoce es la platería con azabache. Cuando empezó en el sector, vio que este espacio estaba cubierto y que no era su espacio. “No era lo que yo iba a aportar a la joyería”. Recientemente, en conversación con otros compañeros del sector, le recriminaron que “diseñadores jóvenes como ella debían volver a traer al azabache a nuestro tiempo”. Esto es, que vuelva a ponerse de moda. “Y vamos a intentarlo…”. En su imaginación Katuxa ya está creando un nuevo diseño con azabache “más geométrico, más moderno, menos pesado y más ligero visualmente”. Ella quiere evitar ese azabache que “apaga”, que come luz, hasta envejece a la mujer…”Voy a intentar que nos quede más juvenil y mezclarlo con brillantería, con rubíes…Creo que será un acierto. Esto es lo que hacen en Rusia…”, dice.
Katuxa se inspira en el mar y en la tierra gallega, en sus bosques. En la pintura de genios como Monet. Santiago de Compostela la inspira también: “Siempre hay algo bonito que ver”. Y añade: “Creo que hemos perdido la capacidad de ver la belleza”. Katuxa se asombra hasta del florecer de una planta. “La gente lo da por hecho y es algo precioso”.
La Naturaleza la descansa. El verdor del patio de su casa es para ella un oasis, una relajación. “Es mi manera de desconectar”. En su tienda nunca faltan flores o alguna rama de un árbol. “El verde descansa. Incluso es positivo para el estado de ánimo”.
Sus proyectos para este 2021, anuncia, van a quedar en ‘stand by’. “Vamos a ver cómo gestionamos este Xacobeo que es un poco atípico”, afirma.
Eso sí, proyecta montar el próximo año una nueva tienda en alguna ciudad gallega. Además, quiere asistir a una Feria Internacional de Arte en Miami “a la que estoy invitada y me apetece mucho ir”.
“Esto es lo que tengo en la agenda ahora mismo, porque la cosa está un poco peliaguda”.
Para el mundo empresarial, especialmente para los lectores de Diario Luso-Galaico, Katuxa Platero cree que la receta es “adaptarse y templanza”. Y añade: “El mundo está cambiando. ¡Es obvio! Yo creo que lo único que podemos hacer es respirar, ver por dónde se va a mover y tener un poco de templanza. Esto pasará. Sobre todo no perder los nervios. La gente está como pollo sin cabeza. Es necesario, repito, respirar, tranquilizarse y ver que el mundo está cambiando y subirse a esa ola”.
Sorprende que Katuxa, hasta este final de entrevista, no ha insinuado ni una queja sobre la situación actual. Un ejemplo de empresaria.