jueves. 21.11.2024

Branco made in Caminha es un espacio de eventos. Tras año y medio abierto, su propietaria Rute Guerreiro ha comenzado ayer con un espectáculo de fado, Fado na Branco. Y la primera fadista invitada ha sido Juliana Duarte (Braga, 1985) a la que le ha parecido estupendo ‘inaugurar’, musicalmente hablando, este espacio con fado.

Duarte se define como una “fadista tradicionalista”. La artista tiene como referente a “la mayor diva, Amália Rodrigues”, como no podía ser de otra forma. Canta algunos de sus fados así como fados de fadistas actuales.

Para Juliana Duarte, “de todos los estilos de música que existen en Portugal, el fado es el que mejor representa nuestra verdadera cultura”, dice a Grupo ES., antes de que comience la cena con fados.

Y para quien no conozca el fado recuerda que no solamente canta a cosas tristes sino también alegres así como a historias de nuestra vida. “El fado acaba traduciendo nuestra vida”, dice.

Duarte prefiere “los fados que nos hacen sentir casi como si nos ocurriera a nosotros”. Por eso quien los canta debe “interpretar un personaje”. Esas historias que no le pasaron a la fadista, para quien la escucha “tienen que parecer reales” en su interpretación.

Y también tiene bien experimentado Juliana que “todos aquellos fados que ya canté acaban teniendo más significado y siendo los preferidos”.

Incluso algunos los identifica con momentos de su vida. “Cada vez que los canto, me traen recuerdos de momentos, con lo cual mentalmente vuelvo a ellos”.

En esta ocasión, actuó con los músicos José Manuel Costa Pereira, un vianés que toca la viola de fado, y con José Manuel, guitarra portuguesa. Pero no tiene un equipo fijo de músicos, van cambiando.

Es curioso al menos ver la trayectoria musical de Juliana Duarte. Porque empezó cantando otros estilos distintos del fado. Recuerda cómo una compañera de clase cantaba fado pero Juliana no se atrevía porque “tenía vergüenza, era muy tímida”, confiesa.

Sin embargo, cuando los fines de semana volvía a casa, se grababa a sí misma cantando fados. Esos casetes quedaron guardados y olvidados hasta que un día los encontró y escuchó su madre. Esto fue el motivo para que se animara a presentarse, en su ciudad, Braga, a un concurso de fados. Pasó las pruebas o ‘castings’… El año siguiente se dedicó a cantar fado y lo hizo públicamente por primera vez en el emblemático teatro Circo de Braga. Corría el año 2009. Volvió al concurso de fados y quedó primera en la sección de mujeres.

“Fue como una escalera…”, dice al echar la vista atrás en su trayectoria. Felizmente, ahora, convive con el fado. Y son ya 10 años de carrera artística.

Los sueños de esta fadista, que ya tiene grabado un cedé titulado ‘Livre’, son publicar otro con letras escritas por ella. Alguna ya las tiene preparadas. “Interpretar temas propios”, dice. Espera poder concretarlo sin que se retrase mucho.

En Branco made in Caminha, la cena, sabrosísima y elegante, discurrió muy bien con actuaciones repartidas durante distintos momentos. Juliana se ganó al público que respetó, escuchó y aplaudió con ganas su interpretación. Branco es un espacio con mucho glamour y lo aumentó con la actuación de esta fadista que tiene por delante una gran carrera profesional. En los próximos meses, según la propietaria, Rute Guerreiro, pasarán otras fadistas por este espacio caminhense.

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