En el hotel Ribeira House todo es un empeño familiar. Desde el nombre que vino de la mano de su hija mayor, de 6 añitos; cuando tenían la propiedad, antes de hacer el hotel, Marina preguntaba ¿Vamos a la casa de la Ribeira? Y con este nombre nació el hotel que tiene poco más de un mes de vida. “Esto también demuestra que es un proyecto familiar”
Cristina y su marido, Paulo Valbom, son emprendedores natos. Sus padres eran comerciantes. Ella es natural de una pequeña aldea a 3 kilómetros de Mirandela, Nova Das Patas, y su esposo de esta misma población. Cristina es psicóloga clínica y trabaja en una escuela profesional de Artes. Su marido regenta dos tiendas. Con orgullo dice que son familia numerosa porque hace un mes ha nacido su tercer hijo, Maria. La segunda, Margarida, tiene 19 meses.
Se enfrenta con la hotelería por primera vez pero no le asusta. “Nuestra vivencia es esta: levantarse temprano y acostarse tarde. Somos emprendedores”. Ella está segura de que se lo están transmitiendo a sus hijos y confía en que se involucrarán en el negocio familiar. Cuenta la anécdota de cómo su hija Marina quería anoche ayudar a recoger las sillas tras una cena al aire libre que hubo en el jardín. El hotel, repite, “tiene un concepto familiar…Es un proyecto de todos. Incluso de nuestros colaboradores. Queremos que todos sientan este espacio como propio”. Por eso entienden las necesidades familiares de sus visitantes y tratan de satisfacerlas.
Otro detalle es que a los huéspedes se les entrega una tarjeta para que puedan entrar y salir del hotel cuando les apetezca, a la hora que quieran. “Es la libertad de poder disfrutar en su totalidad del espacio del que disponemos”.
Es un hotel de vocación familiar y un hotel amigo del medio ambiente. Otro de los rasgos fuertes de este proyecto hotelero. “Este hotel lo abrimos con el concepto de ‘Amigo del Ambiente’. Y esta es también una preocupación que nosotros tenemos. Todos los días intentamos dar respuestas más integradas a quien nos visita y a quien nos puede visitar”.
Cristina asegura que los huéspedes ya no vienen solo a dormir, a pernoctar. Sino que preguntan por las actividades complementarias que pueden desarrollar y qué pueden conocer de esta región, de este territorio. Ayudada de una persona licenciada en turismo, Ribeira House dispone de programas variadísimos para desarrollar durante la estancia de sus huéspedes. Van desde las rutas de senderismo, al conocimiento de la Naturaleza, la observación de las estrellas, los paseos en bicicleta hasta observar animales en su propio hábitat, entre otros. Incluso preparan un picnic para sus huéspedes y los acompañan.
“Tras dos meses abiertos ya nos buscan para que hagamos un programa a la medida de nuestros huéspedes con el fin de que puedan conocer nuestra región, nuestro territorio.
ECONOMÍA CIRCULAR
Ribeira House no sirve almuerzos y cenas. Pero da juego a los restaurantes de toda Mirandela. Los huéspedes disponen de las cartas de todos los restaurantes y pueden encargar los platos que quieran y donde quieran. Como dice Cristina una comida para un grupo de 10 personas puede tener platos de diez restaurantes. Ribeira House tiene cocinero que prepara los aperitivos y emplata para los huéspedes la comida de los distintos restaurantes…
“Esta es nuestra contribución para desarrollar la economía circular. Toda Mirandela se puede beneficiar así de la llegada de turistas”, explica Cristina.
MIRANDELENSES
Cristina Gomes tiene en la cabeza también la Comunidad. “Nosotros intentamos siempre que el trabajo sea el trabajo de toda la Comunidad. Y comprobamos que la población está recibiendo cada vez mejor al turista. Nosotros mimamos a nuestros visitantes, cuando vienen a Mirandela”. Ejemplifica Cristina con esa actitud de servicio y ayuda de sus paisanos frente a los forasteros de disponibilidad para lo que necesiten.
Esta ciudad de Mirandela, que forma parte del Vale do Tua en el nordeste transmontano, tiene mucho que enseñar al visitante. Y Cristina enumera: paisaje, patrimonio inmaterial, museos, monumentos, aldeas…Todo lo referente al turismo religioso: iglesias, capillas en las aldeas…
Y para todos su respuesta hotelera: visitas guiadas, gastronomía…Habla de esas “experiencias únicas”, de “sentir la región” en Ribeira House. “Apostamos por algo diferenciador, las experiencias. Proporcionar a quien nos visita una experiencia sensorial. Que cualquier visitante tenga aquí la posibilidad de sentir el territorio, la región”.
CENTRO DE LA CIUDAD
El empeño de Ribeira House es que sus huéspedes se encuentren bien, en pleno centro de la ciudad. Cristina concibe esta unidad hotelera –que puede ampliarse a un edificio contiguo que fue el primer hotel de la ciudad- como un oasis de tranquilidad y relajación. Tras cruzar la puerta de entrada, el huésped percibe tranquilidad, un remanso de paz, aunque esté en pleno centro de Mirandela.
Aquella propiedad que, en un primer momento, estaba destinada a ser la casa de una familia, ha ampliado horizontes y, hoy, gracias a la generosidad de esta familia, va a ser compartida con miles de personas. Este compartir va a enriquecer a ambas partes y revitalizar a la región transmontana, que se está poniendo de moda, porque tiene mucho que decir en el panorama del turismo portugués. Como dice el dicho transmontano, cuando uno llama a una puerta no le preguntan quién es sino que se oye un incondicional, pase. Así son los transmontanos, la hospitalidad está en su ADN.