Desde su niñez admiró –como la mayoría de los pontelimenses- a António Feijó (1859-1917) y guardó –sin ser un coleccionista compulsivo- todo lo relativo a este diplomático y poeta de Ponte de Lima.
En colaboración con el profesor José Cándido de Oliveira Martins elaboraron la Fotobiografía. Martins realizó los textos; Amandio reunió y escogió aquellas fotografías más representativas de Feijó. Las organizó (Orígenes y juventud, Vida diplomática, Viajes, Vida privada, Vida literaria, Fallecimiento y celebraciones, Popularidad y testimonio). Su labor se vio facilitada porque a Feijó le gustaba la fotografía y tenía un archivo fotográfico personal en su casa de Suecia. De su juventud hay pocas, pero no de su vida diplomática, de su vida privada y de sus viajes. En la Fotobiografía se publican más de 200 instantáneas –“no fue sencillo reunirlas”- de Feijó o de eventos en torno a su persona. “Esto me emocionó mucho al conocer facetas de su vida interesantísimas. Por eso la imagen tiene mucha importancia”, sentencia.
Amandio es una persona sencilla. “El cincuenta por ciento en este libro es la labor de un fotógrafo”. Hace unos años le gustó que le calificaran de “fotógrafo del pueblo”. Y añade: “Y soy eso. Mi mundo es ese: las tradiciones, las romería populares, la cultura que llega a toda la gente…y deseo transmitirlas, dentro de lo posible, a través de mi fotografía, en los libros en los que voy colaborando y en aquellos que voy editando”.
Amandio subraya que la figura de António Feijó es la de “una persona a la que aquí, en Ponte de Lima, le tenemos un especial cariño”.
El libro “era un trabajo con el que soñaba. Fue una iniciativa mía. El municipio de Ponte de Lima fue receptivo y el profesor Cândido Martins también. Se concretó el proyecto y tuvimos alguna dificultad para terminar el libro. Pero el alcalde de Ponte de Lima –Víctor Mendes- insistió de tal forma que no tuvimos más alternativa que terminarlo para hacer su presentación”. Y sintetiza: “Fue muy agradable hacer este trabajo”.
Se cumplen ahora 162 años del nacimiento de António Feijó. Precisamente el 1 de junio el Agrupamiento de Escolas António Feijó realizó un homenaje a su patrón, al que asistió el alcalde y Amandio junto al director del agrupamiento. Las jóvenes generaciones se interesaron por su figura y, motivados por sus profesoras, subieron al escenario a recitar sus poemas.
Continúa Amandio: “Feijó era de origen gallego y esto le enorgullecía. Se interesaba por la cultura de Galicia. Hablaba, leía y escribía en gallego. En sus escritos se encuentran esos vínculos afectivos. Y esto demuestra su amplitud de miras, su visión del mundo”.
Y contextualiza al personaje. “Nació en el siglo diecinueve. Un tiempo difícil para Europa, que vivía en permanentes confrontaciones. Feijó supo sintetizar lo mejor de la cultura contemporánea. Era un hombre elegante, vestía bien; le encantaba comer bien…Le gustaba mucho nuestro vinho verde –del que no toda nuestra gente gusta y todavía hay personas que es preciso que aprendan a que les guste-. Hizo la mayor de las publicidades de su tierra, Portugal, siempre con sentido crítico. Era un hombre honesto y que por eso, precisamente, no tenía otros anhelos...Quiso ser feliz. Se casó y vivió una gran pasión en Suecia. La diferencia de edad con su mujer, más joven que él, hizo que le resultase difícil, ya que los padres, que eran de una familia pudiente, no estaban de acuerdo”. Tuvieron dos hijos y su mujer murió muy pronto (tras 15 años de matrimonio). António se quedó muy triste y se refugió en sus escritos. Dos años más tarde, con 58 años, también entregaba su alma.
Entre esas doscientas fotografías publicadas, Amandio Vieira tiene una especial predilección por una que está en la página 114. Es una foto de estudio de Mercedes Feijó con sus dos hijos, Joana Mercedes y António Nicolau. “Me impresiona por su sencillez frente a otras muchas de momentos muy diferentes. La instantánea refleja la ternura de una madre. La foto transparenta un amor materno real por sus hijos. Aunque es una foto preparada, perfectamente estudiada, los ojos retratados no mienten. Por eso sobrepasa, a mi juicio, todas las otras”.
Por eso, este pontelimense o limiano se define como “un apasionado por la imagen, y a través de ella voy aprendiendo”.
Amandio confiesa que tiene “un cariño especial por Galicia, y muy grande. Nosotros todos somos luso-galaicos. Todos somos gallegos desde Finisterre hasta Coimbra, lo que era la Gallaecia. Nosotros somos gallegos”.