Espectacular arranque del Campeonato de España de Radiocontrol Térmico que este fin de semana alberga la ciudad de Tui, con un ambiente animado de público en ambas orillas del Miño.
Organizado por las Federaciones Real Española y Gallega de Motonáutica, el evento está arropado por dos vecinos países como son España y Portugal, y en el que colaboran la Cruz Roja lusa y la Armada Española, con Protección Civil y el Concello de Tui de principal patrocinador.
Primera jornada calurosa, con un termómetro que sobrepasaba los 30º, temperatura que también se dejaba notar en el agua debido al nivel de los pilotos participantes que toman parte en el nacional, única prueba del calendario oficial de la Real Española.
Tras formalizar las inscripciones y una vez montado el circuito de boyas con forma de “M” mayúscula, pilotos y mecánicos probaron la lámina de agua sobre la que ya está disputando este campeonato, tomando el Comité de Jueces de la Federación Gallega de Motonáutica, coordinados por su presidente, José Fernández – Nikis, el abordar una primera prueba matutina.
Con tres categorías en liza - 7,5 – 15 y 35 cc., se trazaba una primera manga, dejando la segunda para la parte vespertina del día, completando dos pruebas y dejando una tercera y decisiva para el domingo.
A expectativas de lo que pase el último día de competición, el campeonato está dominado en 7,5 cc por el santanderino Juan José Rivas, seguido del malacitano Francisco Javier Granero, cerrando el podio provisional el coruñés Emilio Cadaveira.
En 15 cc. el líder es el valenciano Luís Coll, con el santanderino José Enríquez González en la segunda plaza. Tercero es el castellonense Antonio Sánchez.
Por último, en la categoría reina de los 35 cc. manda el castellonense Antonio Sánchez que también corre en esta cilindrada. Segundo es el santanderino Francisco José Cimiano, con el madrileño José Luís López cerrando filas.
La configuración final del podio se decidirá el domingo, con la celebración de la tercera manga por categoría, ya que los pilotos tendrán la oportunidad de desechar su peor resultado, dando pie a saltos en las posiciones del cajón.