La parroquia de Santiago de Tortoreos, en el municipio de As Neves, vuelve a escuchar el repique de sus campanas para la llamada a misa y el toque de difuntos, gracias a la generosidad y fe de sus más de 400 vecinos. Después de un año y medio de esfuerzo, la comunidad ha logrado restaurar las maltrechas campanas, un proceso que ha unido a la parroquia en torno a un objetivo común.
El tiempo transcurrido desde que las campanas dejaron de sonar hasta su restauración fue largo para esta parroquia de población dispersa y una iglesia rodeada de escaso núcleo habitado. No obstante, la respuesta de los vecinos fue un ejemplo de solidaridad, con donativos que, en su mayoría, ascendieron a 20 euros, aunque también hubo aportaciones de 50 y algunos generosos donativos de 200 euros. La Comunidad de Montes Vecinales de Tortoreos se implicó activamente, asumiendo de forma unánime los gastos de restauración de una de las tres campanas.
Para conmemorar la restauración, este domingo 17 de noviembre el obispo de Tui-Vigo, Antonio Valín, celebrará la misa en Tortoreos a las 13.00 horas, para rendir homenaje a esta hazaña colectiva de la comunidad.
Una comisión de cinco personas, encabezada por Nieves Rodríguez, recorrió casi todas las viviendas de la parroquia para recoger los donativos, que finalmente sumaron algo más de 20.000 euros. Esta cantidad fue suficiente para cubrir el coste del trabajo realizado por la empresa Ocampo, especializada en la restauración de campanas, encargada tanto de la fabricación como del montaje. cuyo precio se pudo reducir gracias a la refundición del bronce de las antiguas.
Las campanas ya están operativas y, por el momento, su funcionamiento es manual, ya que la parroquia tiene otras prioridades y dotarlas de un mecanismo automático no está en sus planes inmediatos.
Para conmemorar la restauración, este domingo 17 de noviembre el obispo de Tui-Vigo, Antonio Valín, celebrará la misa en Tortoreos a las 13.00 horas, para rendir homenaje a esta hazaña colectiva de la comunidad.
El encargo realizado por la parroquia consistió en tres campanas de diferentes tamaños: una de 86 cm de diámetro y 340 kg de peso; otra de 70 cm y 200 kg; y una tercera, más pequeña, de 37 cm y 30 kg. La empresa Ocampo, situada en Arcos de la Condesa, en Caldas de Reis, se encargó de la restauración siguiendo un proceso completamente artesanal. Desde su fundación en 1630, el taller Ocampo ha mantenido viva la tradición de la campanería. Utilizando técnicas ancestrales, fabricaron un molde de barro a medida para cada campana, que luego enterraron para enfriar el bronce fundido lentamente, lo que garantiza un sonido limpio y duradero.
La iglesia de Tortoreos ya cuenta nuevamente con su voz para llamar a los feligreses. El párroco, Sergio Gómez, se siente orgulloso del esfuerzo de sus feligreses, mientras que Antonio, el campanero de la parroquia, se encarga de tocarlas desde su instalación hace un mes. La fe y la generosidad de la comunidad han logrado recuperar una tradición que, ahora más que nunca, resuena en el corazón de Tortoreos.