martes. 15.04.2025

El Domingo de Ramos se vivió ayer en Cangas como una jornada especialmente dedicada a los más pequeños, marcando el inicio de la Semana Santa con celebraciones pensadas para ellos. La tradicional bendición de los ramos y las palmas, la emotiva procesión de la Borriquilla y el significativo Vía Crucis infantil congregaron a numerosas familias en la localidad. Además, la mañana se iluminó con el brillo de las palmas adornadas con caramelos y golosinas, obsequios de padrinos a sus ahijados, una costumbre muy arraigada en Cangas.

El "Segundo Domingo de Pasión", como también se conoce al Domingo de Ramos, conmemoró la entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén, un evento que la Iglesia invita a los fieles a recordar con actos de homenaje y gratitud. Esta celebración marca el inicio de la Semana Santa, cargada de simbolismo.

Procesión y bendición de ramos
Procesión y bendición de ramos.

Durante la mañana, se rememoró la llegada de Jesús a Jerusalén, donde fue recibido por una multitud que lo aclamó con palmas blancas, reconociéndolo como el Mesías. Estas palmas simbolizan respeto, amor y fe en la figura de Jesús, y en la antigüedad eran también un signo de riqueza y fecundidad. El olivo, históricamente emblema de paz, se utilizó como ofrenda de reconciliación. El reparto de ramas de laurel representó la victoria y la esperanza, recordando la entrada triunfal de Cristo. El olivo, por su parte, simboliza la vida eterna y la resurrección. Siguiendo la tradición, muchos ramos lucieron lazos, caramelos y galletas, regalos de los padrinos a sus ahijados.

La jornada amaneció con una climatología incierta, pero conforme se acercaba la hora de la salida de la imagen de Jesús montado en la borriquilla (obra de Vladimiro Mielgo, 1993), el cielo se despejó. La imagen fue trasladada sobre un anda con ruedas por diversas calles hasta la Alameda Vella, donde numerosas familias esperaban con sus palmas y ramos. Debido a las obras en la zona, la bendición de los ramos se realizó en la Plaza de la Constitución. Acto seguido, la procesión continuó hasta la iglesia.

A mediodía, la excolegiata acogió la Misa solemne de la Pasión del Señor, con una gran afluencia de fieles, en su mayoría familias con niños que habían participado en la procesión matutina. El párroco Severo Lobato recordó el significado del día, la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén y cómo la multitud lo aclamó con palmas. Subrayó que en este Domingo de Ramos, el triunfo del Señor se centra en su Muerte, que para los cristianos no es una derrota, sino el camino a la conquista del mundo y la entrada a su Reino.

Por la tarde, el protagonismo recayó en medio centenar de niños y niñas de entre cuatro y veinte años, pertenecientes a las cofradías y hermandades de la villa, quienes realizaron el singular Vía Crucis infantil. Desde 2016, este acto penitencial, inspirado en la tradición y con catorce estaciones, recorrió diversas calles del centro, representando escenas como la condena a muerte de Jesús, su camino al Calvario, sus caídas, el encuentro con su Madre, la crucifixión y el sepulcro. El Vía Crucis cangués incorpora peculiaridades locales que lo hacen único y cercano para los habitantes.

Cangas celebra un Domingo de Ramos especial para los niños con bendición de palmas y...
Comentarios