Antena de Plata, Premio Letras de novela Corta (2004), Premio Fernando Lara de Novela (2017). La periodista madrileña Sonsoles Ónega atesora una serie de premios que reconocen su impresionante trayectoria, pero ahora tiene algo de lo que solo puede presumir ella en el mundo de la televisión: un pastel a su nombre.
La historia de este pastel hay que buscarla en la calle Goya del municipio sevillano de Gerena. Allí funciona el “taller” donde Irene Morcillo y su marido, Arnau Agar, fabrican a diario delicias dulces bajo el nombre de ‘Pâtisserie Tokyo’.
Pero esta repostera, que nació en Vigo (aunque criada y formada profesionalmente en Cataluña) y coincide con la familia de Sonsoles en su origen gallego, no se queda en elaborar pasteles, sino que ha querido llevar a sus hornos su pasión por el programa de Antena 3 ‘Y ahora Sonsoles’ y por su presentadora, y ha creado el «Sonsoles Ónega«.
Se compone de Bizcocho dacquoise de coco y almendra, Gelificado de frambuesa natural, Mousse de mango y lima naturales, Glaseado de lima natural y está decorado con virutas de chocolate frambuesa de Valrhona. Salta a la vista un curioso detalle: tiene los mismos colores corporativos que el programa. Todo está hecho con fruta natural, y no lleva ni colorantes ni conservantes ni harinas.
OTROS HOMENAJES
No es el primer pastel original que realiza. El último fue el dedicado a la cantaora onubense Argentina. Para ello empleó masa «sablée» bretón de cacao, bizcocho Sacher con chocolate 70 % (mazapán y chocolate), almíbar de licor italiano de almendra, Amaretto Disaronno (alcohol evaporado), mousse de chocolate negro 70 %, glaseado espejo con chocolate 70 %, elaborado con chocolate Michel Cluizel y alérgenos como gluten (trigo), huevos, lácteos y frutos secos (almendra).
Para la tarta se fue a mezclar chocolate negro 70 %, azúcares de caña sin refinar integrales procedentes de Isla Mauricio (Muscovado y Demerara), nata pura de vaca de calidad, huevos frescos camperos, 100 % mantequilla belga, sal marina sin refinar ecológica y leche fresca de vaca de pastoreo y con certificado de bienestar animal, “una leche muy concreta, que es sometida a un tratamiento térmico muy suave (pasteurización), que permite eliminar los microorganismos perjudiciales siendo respetuoso con buena parte de su flora natural”.
LA CURIOSIDAD DEL NOMBRE
Irene Morcillo explica algunas curiosidades de su empresa, como el nombre, y recuerda que no fue casualidad: ‘Pâtisserie’ es como se denomina en Francia a la base de la pastelería. Tokyo nos encanta como concepto de gastronomía, porque es la capital de un país donde hay hasta ‘someliers’ de frutas”. No es raro que aplique en sus creaciones “hasta un té verde que nos traen de Japón”, para dar un toque distinto a lo que pasa por sus manos cada día. Ahora, a disfrutar del ‘Sonsoles Ónega’.