Las estrategias publicitarias dirigidas a los niños están contribuyendo a una alarmante crisis de salud pública en España, donde el 40% de los niños presenta sobrepeso y un 14,2% padece obesidad. La combinación de hábitos sedentarios cada vez más tempranos y una alimentación deficiente, influenciada por el nivel socioeconómico de las familias, son factores clave en este preocupante fenómeno.
Expertos como Cañada advierten que las campañas publicitarias están diseñadas para crear una conexión emocional entre los productos azucarados y los personajes favoritos de los niños. "Si consumes azúcar, tienes premio; si no lo haces, te quedas sin nada", explica. Esta estrategia fomenta hábitos alimenticios poco saludables desde la infancia, contribuyendo al creciente índice de sobrepeso infantil.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) resalta que España tiene la tasa más alta de sobrepeso infantil en la UE, lo que revela una “pandemia silenciosa” impulsada por dietas ricas en azúcares. Esta influencia negativa en los hábitos alimenticios puede establecer preferencias poco saludables que persisten a lo largo de los años, resultando en problemas de salud a largo plazo. Por ello, es crucial educar a los jóvenes sobre la importancia de una alimentación saludable desde la infancia.
El problema se agrava por la situación económica de las familias. Un estudio revela que el 46,7% de los niños de entre 6 y 9 años con sobrepeso provienen de hogares con ingresos inferiores a 18.000 euros anuales. En contraste, solo el 29,2% de los niños con sobrepeso proviene de familias con ingresos superiores a 30.000 euros. Además, la brecha se extiende al consumo de frutas: el 53,6% de los niños de familias con altos ingresos consume fruta diariamente, frente al 36,4% de aquellos en hogares con bajos ingresos.
Esta "pandemia silenciosa" no solo afecta la estética, sino que tiene implicaciones graves para la salud, incluyendo hipertensión arterial, diabetes tipo 2, hipercolesterolemia y problemas respiratorios como la apnea del sueño. Los expertos recomiendan abordar esta crisis con urgencia, promoviendo un estilo de vida saludable que incluya ejercicio regular y una dieta mediterránea, alejándose de los productos ultraprocesados y azucarados que dominan el mercado.
La educación nutricional y la intervención desde las primeras etapas de la vida son esenciales para revertir esta tendencia preocupante y asegurar un futuro más saludable para la infancia española.
