jueves. 21.11.2024

La esperanza cristiana respecto a la otra Vida

Ante la proximidad de la solemnidad de todos los santos y la conmemoración de los fieles difuntos, dos fiestas que provocan una gran aglomeración de personas en los cementerios parroquiales y municipales, la delegación de Liturgia de la diócesis de Tui-Vigo invita a todos los fieles a vivir con esperanza estas citas del calendario litúrgico que se centran en el reconocimiento de Jesucristo, es decir, en su acción salvadora y que la Iglesia celebra el 1 y 2 de noviembre.

Escultura de Santa Cecilia.
Escultura de Santa Cecilia.

Ante la proximidad de la solemnidad de todos los santos y la conmemoración de los fieles difuntos, dos fiestas que provocan una gran aglomeración de personas en los cementerios parroquiales y municipales, la delegación de Liturgia de la diócesis de Tui-Vigo invita a todos los fieles a vivir con esperanza estas citas del calendario litúrgico que se centran en el reconocimiento de Jesucristo, es decir, en su acción salvadora y que la Iglesia celebra el 1 y 2 de noviembre.

José Diéguez Dieppa, delegado de Liturgia ha expresado que «estas dos fiestas sin la esperanza cristiana no las entenderíamos, sobre todo la conmemoración de los difuntos. En la espera de alcanzar la Gloria con Dios nosotros vivimos nuestra fe, celebrando, teniendo esperanza en que se cumplirán las promesas de Dios y practicando la caridad, es decir, viviendo del amor de Dios que nos ayuda a hacer el bien a los demás».

Desde la delegación de Liturgia inciden en la importancia de acompañar con la oración las expresiones de religiosidad popular vinculadas a estas fiestas litúrgicas —como poner flores o encender velas en los cementerios—, para que dé sentido a esos signos externos e impedir que se queden en una mera emoción humana. En este sentido, la Iglesia invita a ofrecer sufragios por los difuntos, que responden al dogma de fe de la comunión de los santos: «lo que llamamos sufragios —expresa José Diéguez Dieppa— pueden ser obras de caridad, oraciones, participación en actos litúrgicos como la eucaristía, a través de los cuales le decimos a Dios “esta acción buena que yo hago no me la tengas en cuenta a mí, sino a mi padre o a mi madre que ya están difuntos, para así ayudar a estas personas a llegar a los cielos y vivir nosotros la comunión de los santos».

La Iglesia enriquece la visita al cementerio con el don de la Indulgencia. Visitar el cementerio entre el día 1 y 8 de noviembre lleva consigo la Indulgencia Plenaria, que significa que la pena temporal merecida por las consecuencias del pecado se perdona completamente.

La esperanza cristiana respecto a la otra Vida
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