domingo. 24.11.2024

D. Bienvenido, el cura que soñaba con un Santuario a Nuestra Señora del Rosario de Fátima en Salvaterra

Una vez lo entrevisté. El titular era algo así como que su sueño era construir un Santuario a Nuestra Señora de Fátima en Salvaterra, partiendo de la pequeña capilla existente en el polígono industrial Chan da Lagoa, en el barrio de O Casal. Siempre recordaré su último coche, el golf negro, aparcado cerca para salir a la siguiente misa. Igual en Oleiros o en la Fortaleza.
D. Bienvenido celebrando un 13 de mayo de 2009, en la capilla de Nuestra Señora de Fátima en O Casal, Salvaterra.
D. Bienvenido celebrando un 13 de mayo de 2009, en la capilla de Nuestra Señora de Fátima en O Casal, Salvaterra.

Se ha marchado al cielo, después de una labor ingente, a los 89 años . Sus primeros destinos ministeriales fueron las parroquias de Sabaxáns (1960) y Gargamala (1961). Luego se iría a Perú (1963) y trabajó en la Prelatura de Yauyus, encomendada al Opus Dei, durante 22 años.  A su regreso en 1985 fue nombrado párroco de Oleiros y Salvaterra de Miño donde trabajó durante una vientena de años, y en esta demarcación sus compañeros le eligieron en varias ocasiones, arcipreste. Todos estos lugares fueron objeto de su celo sacerdotal. Hace unos pocos años y por cuestiones de salud pidió ser apartado de la primera línea del ejercicio pastoral.

 D. Bienvenido Vázquez Bugarín (Tameiga, Mos, 1932) era un sacerdote alto, muy alto.., por eso estaba más cerca de Dios. Recuerdo sus misas en Oleiros, por las tardes a las 6, en Salvaterra de Miño…. Siempre que podía se le veía rodeado de seminaristas, curas jóvenes, algunos allende los mares...Tengo fija en la retina una estampa...Era una fiesta del Vino, último domingo de agosto en la fortaleza de Salvaterra, cuando empieza a apretar el calor y el cura, que lleva alzacuellos, lo deja a media asta... Tras la celebración de la Santa Misa, D. Bienvenido estaba sentado a la puerta de la Iglesia parroquial con un seminarista hispanoamericano. Veía pasar a mucha gente con otros intereses…él estaba allí, disponible, para servir a quién lo necesitase. Muchos tenían necesidad de atención sacerdotal, pero no se daban cuenta.

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A su sombra recuerdo, siempre, a su hermana, Lola, que lo cuidaba. La primera feligresa e incondicional. Tengo referencias por otros de lo buena cocinera que es. Yo no tuve la suerte de ser invitado, pero otros amigos sacerdotes siempre alababan su cocina. Aquellas merluzas que preparaba…, he oído. También mi madre me decía que la veía en la plaza comprando pescado...y me imagino que todo lo bueno que podía. Dolores siempre cogía el teléfono, cuando llamaba para preguntar a qué hora había misa…

No se va de mi memoria la sonrisa franca de este sacerdote, tras sus amplias gafas. Cuando la gente no valoraba a la Iglesia, le restaba importancia. En una ocasión celebró una boda a un conocido mío de Salvaterra y el hombre no tuvo ni un detalle pecuniario con la parroquia, pero D. Bienvenido lo disculpó.

Una vez lo entrevisté. El titular era algo así como que su sueño era construir un Santuario a Nuestra Señora de Fátima en Salvaterra, partiendo de la pequeña capilla existente en el polígono industrial Chan da Ponte, en el barrio de O Casal. Siempre recordaré su último coche, el Volkswagen Polo negro, aparcado cerca para salir a la siguiente misa. Igual en Oleiros o en la Fortaleza. Y, ¡causalidad!, se nos va a finales de mayo, el mes de la Virgen.

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D. Bienvenido Vázquez Bugarín era miembro a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, una asociación de clérigos intrínsecamente unida a la Prelatura del Opus Dei. Todo el bien que hizo lo aprendió del espíritu de san Josemaría Escrivá y, como buen hijo espiritual, trató de imitarle en su sacerdocio.

D. Bienvenido ha dejado una siembra de la Palabra de Dios estupenda y abundante en muchos corazones. Y esto, más antes que después, tiene que dar su fruto. Su entrega, su espíritu de servicio, alentados por su amor de Dios son ejemplo luminoso para muchos que le han conocido y para los que vendrán. Descanse en paz este cura santo y que nos proteja especialmente a esta comarca de O Condado. ¡D. Bienvenido, espérenos en la gloria! ¡Todos vamos para ahí! Porque, como decía un amigo, un sacerdote nunca se salva solo. Se va al cielo con muchas almas a las que acompañó con su ejemplo y su palabra.

D. Bienvenido, el cura que soñaba con un Santuario a Nuestra Señora del Rosario de...
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