domingo. 24.11.2024

El futuro cura que se crio en la ‘Rusia chica’ viguesa

"(...) Le entrevisté el año pasado –en el mes de julio-, cuando cumplió 60 años de sacerdote. Hablé con él, por última vez, el pasado 25 de enero –conversión de san Pablo-, cuando coincidimos en un almuerzo. Me preguntó, ¡cómo no!, por mis actividades en Portugal. Fueron apenas 5 minutos pero muy intensos, siempre manteniendo su sonrisa y su mirada acogedora.(...)"
D. José en Julio de 2022, antes de celebrar la santa Misa en su 60 aniversario sacerdotal para un grupo de familias amigas que le hicieron un homenaje. ARCHIVO DL-G.
D. José en Julio de 2022, antes de celebrar la santa Misa en su 60 aniversario sacerdotal para un grupo de familias amigas que le hicieron un homenaje. ARCHIVO DL-G.

Del sacerdote católico D. José Domínguez, fallecido hoy a los 90 años, destacaría esa sonrisa habitual, su trato afectuoso y su gran capacidad de comunicación.

Se te quedaba mirando con esa sonrisa acogedora mientras jugaba con los silencios y activaba las disposiciones de su interlocutor. A la vez demostraba un cariño enorme por quien le interpelaba. Era un maestro de la palabra y su discurso siempre sorprendía.

Le conocí hace más de 40 años. Fui su alumno y, luego, compañero profesor en el colegio Montecastelo. Siempre me animó a emprender mi carrera periodística, cuando decidí abandonar la enseñanza para dedicarme al periodismo con cierta edad.

Le entrevisté el año pasado –en el mes de julio-, cuando cumplió 60 años de sacerdote. Hablé con él, por última vez, el pasado 25 de enero –conversión de san Pablo-, cuando coincidimos en un almuerzo. Me preguntó, ¡cómo no!, por mis actividades en Portugal. Fueron apenas 5 minutos pero muy intensos, siempre manteniendo su sonrisa y su mirada acogedora.

Vienen ahora a mi memoria sus explicaciones sobre el valor infinito de la santa Misa con aquel dibujo que hacía en el encerado de una tarta dividida en porciones; sus pláticas, homilías y meditaciones en la capilla. Siempre con la anécdota oportuna a la que añadía una buena dosis de imaginación…Su voz siempre le ayudaba para teatralizar, dentro de unos límites, su relato. Recuerdo cuando cogía un sobre del Domund y les decía a los niños, en la capilla, moviéndolo como si fuera la boca de una marioneta, para suscitar su generosidad, algo así como: “Este es un niño que no tiene que comer y te pide que le ayudes…”.

Todos los que lo conocimos recordamos aquello del demonio, cuando él, joven sacerdote, se dirigía a atender un enfermo en la viguesa calle Pizarro. Era una historia muy repetida de lucha contra el demonio, pero él la contaba de tal forma que era capaz de volver a mantenerte en suspense, buscando siempre una lección pedagógica, cristiana y piadosa con su relato.

Algunos decían de D. José que era ‘el cuarto vidente de Fátima’. Tal era su devoción a la Santísima Virgen y en especial a la advocación de Nuestra Señora del Rosario de Fátima. ¡Cuánta gente pisó aquellos santos lugares acompañados de este guía inefable, gran conocedor de todo lo que rodeó la vida de aquellos tres pastorcillos! Con D. José Domínguez se revivía el mensaje de la Virgen con formato de memorial. ¡Impresionante!

D. José era único. Su vida fue dura. Su padre despreciaba a los curas. Era comunista al igual que su hermano.  Y, mira por dónde, tuvo un hijo sacerdote.

¡Cómo arremetía contra las ideologías totalitarias D. José! Las había sufrido en su propia carne. Se crio en la ‘Rusia chica’, como llamaban al barrido de Lavadores, en Vigo. Enseguida las vinculaba al mensaje de Fátima y alertaba así a sus escuchantes trasladando el mensaje con gran emoción.

Se hizo realidad en la vida de  D. José aquello que se dice de que un gato tiene siete vidas. Sufrió varios accidentes y estuvo entre la vida y la muerte, pero siempre salió adelante.

Así, como terminé mi entrevista de julio, quiero rematar este obituario: “Es un ejemplo [D. José Domínguez] de sacerdote santo que, cuando se vaya al cielo [seguro que ya está], lo hará rodeado de muchísimas almas a las que ayudó dando su vida". ¡Descanse en la Paz del Señor en su Luneda natal, en A Cañiza!

El futuro cura que se crio en la ‘Rusia chica’ viguesa
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