Cuando sea mayor
Madre, cuando sea mayor quiero ser como tú.
Quiero saber lo que sienten las personas
cuando sufren y no pueden contarlo.
Quiero aliviar su cansancio, su tristeza, su desánimo,
y colmar los deseos escondidos en el fondo de su alma.
Quiero ser como los astros del cielo:
como el sol del amanecer, que ilumina la tierra tenuemente
y la calienta poco a poco con sus rayos,
primero de color blanco, después amarillo claro.
Quiero ser como el sol de media tarde
que ilumina el mar y lo llena de brillo,
como si miles de diamantes rodaran
por esa superficie plateada.
Quiero ser como el sol del atardecer,
cuando se empieza a hundir en el agua
y tiñe las nubes de color naranja, rosa, magenta, violeta,
en unas tonalidades que nadie ha podido imaginar.
Quiero ser como la luna llena, que aparece en el cielo
cuando el sol se ha hundido del todo y la tierra se oscurece.
Quiero brillar como esa bola de plata.
Más aún, quiero ser una luna gigante
que ilumina con su brillo los rincones más oscuros:
los árboles del bosque, las aguas del océano,
las cavernas y los túneles sin luz.
Quiero ser como el sol, la luna y las estrellas
para iluminar los corazones de quienes sufren
y derretir el hielo que los aplasta.
En el Día Internacional de la Poesía