No es habitual que dos hermanos jueguen juntos un Mundial de fútbol representando a su país, pero ha ocurrido a veces. Recuerdo a los alemanes Forster (Bernd e Karlheinz) en España 82, donde fueron subcampeones, y a los holandeses Van de Kerkhof (René y Willy) –gemelos, lo que riza el rizo–, subcampeones también en Argentina 78.
Más raro es que dos hermanos coincidan en un mismo Mundial representando a países diferentes. Ocurrió en Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, y en ambos torneos tuvo a los mismos protagonistas, con el añadido de que en ambos se acabaron enfrentando directamente. Hablo de Jerome Boateng (Alemania) y Kevin Prince (Ghana), hijos del mismo padre y diferente madre. Pues bien, el mismo caso –aunque no sabemos si llegarán a enfrentarse– se va a dar en el Mundial de Qatar. Y volverá a implicar a Ghana y –en este caso– España. Me refiero a los hermanos Williams, jugadores los dos del Athletic de Bilbao. El mayor, Iñaki, representará a Ghana, el país de sus padres, para el que decidió jugar una vez que vio que Luis Enrique no contaba con él. Por el contrario, el pequeño, Nico, defenderá la camiseta española al ser incluido a última hora por el seleccionador español en la relación mundialista. Imagino que cuando Iñaki decidió jugar para Ghana no podría ni imaginar que su hermano, que aún no había sido nunca internacional con España, acabaría ocupando en “la roja” el lugar que se le había negado a él, ni mucho menos que los dos terminarían coincidiendo en Qatar, representando a selecciones diferentes. Pero el fútbol es así, y la vida también.
Por lo demás, esta circunstancia de hermanos futbolistas, jugando para el mismo club o para clubes distintos, es más frecuente de lo que pueda parecer y se ha dado siempre. Hasta Maradona tuvo un hermano futbolista profesional: Hugo. Diego se lo llevó al Nápoles, pero en Italia tuvo que conformarse con jugar en el Ascoli y luego –en España– en el Rayo Vallecano.
Claro que las relaciones familiares en el fútbol van más allá de las fraternales. Abundan también los futbolistas profesionales –algunos muy famosos– cuyos hijos han seguido sus pasos: Cruyff y su hijo Jordi –que jugó en el Barcelona, el Alavés y el Manchester United–, Zidane y sus hijos Luca –portero del Eibar– y Enzo –hoy en el Fuenlabrada– o Simeone y su hijo Giovanni –estrella del actual Nápoles–. Y hasta hay sagas de varias generaciones: Marcos Alonso (Barcelona) es hijo de Marcos (Atlético de Madrid) y nieto de Marquitos (Real Madrid), y Marcos Llorente (Atlético de Madrid) es sobrino de Julio Llorente (Tenerife) y sobrino nieto del gran Paco Gento (Real Madrid). Pero este sería tema para otro artículo, porque, como se ve, da mucho de sí.