El camino de la Iglesia discurre casi siempre en un silencio activo. Dar sin decir, proclamar sin levantar la voz, proceder sin jactarse.
Cada día, la Iglesia en Galicia transmite el mensaje cristiano, cumple su misión, colabora en la vida de millones de personas a través de acciones pastorales, evangelizadoras, celebrativas, asistenciales, educativas y culturales. Lo hace con una vocación clara, también con una actitud humilde, y ahora ha decidido hacerlo con mayor diafanidad si cabe, sin alardes, pero con claridad, al presentar la «Memoria Económica y de Actividades» del año 2022, y al hacerlo por primera vez las cinco diócesis de la provincia eclesiástica de Santiago de Compostela —Lugo, Ourense, Mondoñedo-Ferrol, Santiago y Tui-Vigo—.
Ha sido un acto pleno de simbolismo con el que se inaugura un nuevo talante a la hora de hacer las cosas, un estilo inédito impulsado por los prelados Mons. Francisco José Prieto, de Compostela; Mons. Fernando Cadiñanos, de Mondoñedo-Ferrol; Mons. Alfonso Carrasco, de Lugo; Mons. Leonardo Lemos, de Ourense; y Mons. Luis Quinteiro, de Tui-Vigo—, del que fueron testigos numerosas autoridades eclesiales y civiles, así como profesionales de los medios de comunicación. Estamos ante un hecho histórico, un ejercicio voluntario de transparencia que preludia un etapa de confrontación de las circunstancias , en tiempos de superación de problemas sociales pero también de la propia institución.
Los obispos quisieron poner en valor el tiempo, las cualidades, la oración y el apoyo económico de todas las personas que contribuyen al desarrollo de la labor de la Iglesia en Galicia, y les cedieron el protagonismo, otorgándoles voz a testimonios de catequistas, responsables de Caritas, misioneros, sacerdotes, e incluso matrimonios y personas beneficiadas por los servicios de bienestar social y familiar de la Iglesia. Bien se resalta en la Memoria que “cada gesto y cada acción hablan de la generosidad y entrega que los cristianos de Galicia viven como don y tarea”. Todo un ejemplo.
Por ejemplo, Cáritas, la institución que desarrolla la acción caritativa y asistencial de la Iglesia en Galicia, atendió en el año 2022 a 71.808 personas, gracias a la labor de los profesionales contratados y a 4.645 voluntarios. Esta labor es también apoyada por 439 centros para mitigar la pobreza; 88 casas para ancianos, enfermos crónicos y personas con discapacidad; 27 centros de menores y jóvenes y otros centros para la tutela de la infancia; 6 centros de rehabilitación para drogodependientes; 9 centros para la defensa de la vida; 7 centros para la promoción de la mujer y víctimas de violencia; y 17 centros para promover el trabajo.
En total, 1.200 sacerdotes ejercen su ministerio en las 3.644 parroquias de la provincia eclesiástica de Compostela; 3.486 catequistas acompañan a niños y jóvenes en su proceso de formación para recibir los tres sacramentos de iniciación cristiana —Bautismo, Comunión y Confirmación—. Durante el año 2022, se celebraron en Galicia: 8.756 bautizos, 4.980 confirmaciones y 10.055 primeras comuniones. En ese año se celebraron en Galicia 1.429 bodas católicas.
El total de personas atendidas por la Provincia Eclesiástica se eleva a 144.921.
Conscientes de que los datos que aparecen en la rendición de cuentas no recogen toda la vida de la Iglesia, los obispos de la provincia eclesiástica agradecieron hoy “la contribución de todas las personas que siente la Iglesia como su propia familia”, al tiempo que solicitan “el necesario compromiso para que, corresponsablemente, llevemos adelante la misión que nos ha sido confiada al servicio de los hombres, nuestros hermanos”. Es parte esencial de nuestra cultura y un camino ejemplar para mejorar desde la institución misma. Beun Camino
“Una fe que no se muestra con obras es una fe muerta” (Santiago 2,17). La Iglesia gallega está viva y sirve a la sociedad de forma eficaz.
Alberto Barciela
Periodista