Un foro artesano, construido pieza a pieza, idea a idea... hasta completar la cesta en la que recoger con amplitud ideas diversas, dispersas, disonantes, como en una divergencia integradora o dicotómica, de disensos y consensos, grandes o pequeños, representa un modelo, con certeza no perfecto, pero que hay que aceptar como bueno si ahora permite evolucionar paso a paso o, como ha sido el caso, si al menos, asegura retomar un diálogo permanente entre países europeos y americanos, nada menos que 60, que representan a más de mil millones de habitantes, gobernados por diferentes ideologías, situados en geografías distantes, correspondientes a culturas y religiones desafines, pero con una voluntad de encontrar luz entre la densas nieblas que invaden la actualidad.
La III Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno UE-CELAC alcanzó su cima, su principal objetivo, con su propia celebración, tras ocho años de múltiples imposibilidades, de disensos de raíz que malograron encuentros anteriores. La reunión en sí fue el gran logro, el punto de inflexión para una puesta en común imprescindible en un contexto confuso, en el que están en juego la estabilidad y el liderazgo mundial en lo económico, en lo político y en lo social, en un tiempo de policrisis - guerras, dictaduras, populismos, migraciones, mafias, narcos, estados fasllidos, materias primas, cambio climático, etc.- y combates geoestratégicos, fundamentalmente entre China y EEUU que, por ende, se producen tras una pandemia que alertó de las grandes debilidades en ámbitos como la salud y también evidenció la eficacia del trabajo solidario y en común.
Como cabía esperar, la declaración sobre a la “guerra contra Ucrania” de resultó tibia, y en ella no se hace en ningún caso referencia expresa a Rusia, ni a que se trata de una agresión unilateral, como defiende la UE. Solo este aspecto, hace pensar que tres únicos países, Cuba, Venezuela y Nicaragua, que apenas representan al 5% de la población del área representada, no debieran ser capaces en donde el consenso debería ser unánime. Algo que habrá que representar al respecto, antes de que se produzcan vetos similares a los que hacen inviables la mayoría de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
Se ha debatido, como estaba previsto, sobre la colaboración para lograr unas transiciones ecológica -se ha establecido el compromiso de movilizar 100.000 millones de dólares por año para ayudar a los países menos desarrollados de CELAC en la lucha contra el cambio climático- y digital justas. Se ha reafirmado la relación birregional basado en un orden internacional fundamentado en “la democracia, el respeto a los derechos humanos y de las leyes internacionales”. Y se ha reconocido, pese a la reticencia de países como Polonia y Hungría, el interés mutuo de combatir la violencia de género.
El Viejo Continente destacó la importancia que le ha dado al encuentro al anunciar la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el firme compromiso para invertir 45.000 millones de euros hasta 2027 en América Latina y el Caribe. Es posible que la UE haya querido remarcar de forma efectiva su reposicionamiento global, acercándose a un área amiga, más necesaria que nunca tras el Brexit y los replanteamientos estratégicos norteamericano y británico. Al referirse a los acuerdos comerciales, se incide en la intención de profundizar el flujo de productos y servicios entre las dos regiones. Para ello, se habla de los avances de las negociaciones de la actualización de los acuerdos con México y Chile, y se señala la oportunidad de hacerlo también el más difícil de todos ellos, el de Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay), condicionada por la falta de avances en el acuerdo de libre comercio de esta organización y la UE.
En la misma línea efectiva se ha desbloqueado el llamado acuerdo Cotonú, para la firma con la Organización de países de África, Caribe y Pacífico (ACP). Se ha solicitado el cese de los embargos a Cuba y la salida de la isla de la lista de Estados terroristas, y la CELAC se da por enterada de la reivindicación de Argentina sobre las Islas Malvinas. Se hacer referencia al apoyo al proceso de paz en Colombia en las negociaciones que se mantienen con el ELN y a la implementación total de los acuerdos de paz con las FARC. Y, respecto a Venezuela, se insiste en la necesidad de mantener las conversaciones entre gobierno y oposición en Ciudad de México. Por último, cabe resaltar que la CELAC ha solicitado un plan de justicia reparatorio, incluido en el artículo 10 de la Comunidad del caribe (CARICOM) del daño causado a millones de personas por la esclavitud, se trata de un reconocimiento, que claramente afecta a los países europeos.
En Bruselas se ha apreciado la extensión de la solidaridad mayoritaria entre los representantes y la voluntad de consenso, por encima de rivalidades y desentendimientos, pero la voluntad de consenso es un buen indicio para un camino que ha recomenzado con tibieza pero con una cierta eficacia y que evidencia que Europa y América Latina están despertando ante la voracidad y los riesgos que suponen otros dragones.
La Cumbre CELAC-UE volverá a ser bienal y la próxima será en 2025 en Colombia, que entonces ostentará la presidencia pro tempore de la CELAC, tras ostentarla Honduras, en 2024.
Coincidiendo en el tiempo con esta Cumbre, se ha presentado EDITORED EUROLATAM, la Red de Editores de la Unión Europea, América Latina y Caribe, conformada inicialmente por 62 miembros, en representación de otros tantos medios, con una audiencia tasada de más de casi 446 millones de personas, responsables directos de las ediciones de los medios de comunicación más relevantes de cada país de dichas regiones. La red nació a partir de los seis Congresos Internacionales de Editores de la UE, América Latina y Caribe, que se desarrollaron desde el 2012, promovidos por PRESTOMEDIA y las instituciones europeas, con apoyo de los Gobiernos locales. Los encuentros periodísticos tuvieron lugar en Santiago de Chile (2012), Valencia - España (2015), Bogotá - Colombia (2017), Berlín - Alemania (2019) y en Madrid - España (2021) y 2023). Cumpliendo el acuerdo del más reciente Congreso, que tuvo lugar en febrero pasado en la capital de España, los editores decidieron formalizar esta Red con dos objetivos centrales, recogidos en sus Estatutos: la defensa del libre ejercicio de la profesión periodística, y la contribución a mejorar la información y entendimiento entre la Unión Europea y América Latina. Todos juntos seremos mejores.
Alberto Barciela
Periodista
CoDirector Congreso Editores de Medios CELAC-UE
Vicepresidente de la Asociación de Editores de Medios de la UE y América Latina