Comer en el restaurante PIMM'S es un placer para todos los sentidos. Se trata de una "cocina con alma", como dice su lema. La experimentada chef Brigite está al mando de la cocina, con la ayuda de Carolina. En sala, Rafael es el sumiller, y Matilde y Diana son las atentas camareras, siempre al servicio del comensal.
En esta ocasión, vamos a proponer un menú de categoría con buenos productos.
Primero, las entradas: pan, mantequilla, aceitunas y queso de oveja mantecoso.
El primer plato es "Carpaccio de Garoupa", una variedad de mero, un entrante poco común en otros restaurantes de la zona. La parte posterior de la cabeza de los grandes ejemplares de este pescado se corta para luego filetear su carne en finas lonchas. En PIMM'S se sirve con finísimas rodajas de cebolla y alcaparras y, en la mesa, se riega con aceite de hierbas, zumo de lima y pimienta dulce. Un bocado excepcional que se deshace en la boca dejando una explosión de delicados sabores.
El segundo plato, en esta ocasión, va a ser el tradicional cabrito al horno ("cabritinho no forno"). Como explican Brigite y Carolina, primero se marina durante 24 horas en vino blanco, pimentón dulce molido (colorau), piri-piri y ajo. Luego se trocea y se mete al horno con unas patatas pequeñas para asar ("batatas a murro") que se aplastan. En PIMM'S, Brigite da el último golpe de calor fuerte a la fuente en el horno de carbón a buena temperatura, junto con las patatas. Ya acabado, se pinta con aceite y se añaden grelos y una rodaja de naranja. En otra fuente se sirve el arroz con menudos de cabrito.
Como postre, de la mano de Matilde, nos presentan un flan ("Pudim Abade de Priscos") espectacular por su color y aún mejor por su dulcísimo sabor.
Rafael Carvalho, sumiller de PIMM'S, nos sugiere un vino de la DOP Alentejo, Discórdia, un vino "bien estructurado y con un retrogusto seco" que armoniza con el cabrito. Un tinto reserva poderoso con las castas Shiraz/Syrah, Alicante Bouschet, Touriga Nacional y Touriga Franca.
Terminamos con infusiones o café y una buena sobremesa en un ambiente refinado, con música de fondo y con la chimenea crepitante y chispeante, que da ese toque hogareño a un restaurante con alma.