24 de febrero de 2025, 23:44
En la era de la digitalización, la "nube" se percibe como un espacio etéreo, pero su realidad física revela un entramado de centros de datos que consumen ingentes cantidades de energía y agua, generando un impacto ambiental significativo.
Estos centros, infraestructuras masivas que albergan los datos que alimentan la vida digital, plantean desafíos urgentes:
- Consumo energético desmedido:
- Internet consume entre el 6% y el 10% de la electricidad mundial, con proyecciones de aumento exponencial.
- La dependencia de energías fósiles contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero y la contaminación del aire.
- Escasez de agua:
- La refrigeración de servidores demanda grandes volúmenes de agua, comparable al consumo de pequeñas ciudades.
- Esto genera conflictos en regiones con escasez hídrica y afecta a comunidades locales y la agricultura.
- Impacto socioeconómico:
- La creación de empleo es limitada tras la construcción de los centros.
- Los beneficios se concentran en grandes corporaciones, generando descontento social.
- Regulación necesaria:
- La falta de normativas claras a nivel europeo permite la expansión descontrolada de estas infraestructuras.
- Organizaciones como Greenpeace exigen regulaciones que minimicen el impacto ambiental.
- La utilización de energías renovables no eliminan la problemática de la demanda masiva de recursos.
Es imperativo reconsiderar el modelo de digitalización, buscando un equilibrio entre progreso tecnológico y sostenibilidad. La regulación, la inversión en energías limpias y la planificación territorial son claves para un futuro digital responsable con el planeta.
Fuente: papernest.es