Este fin de semana se clausuraba en Barcelona la XXIII edición de Exporecerca Jove, feria internacional de investigación que se celebra, de manera regular todos los años, en la ciudad condal, en una cita con la ciencia y desarrollo tecnológico que pretende favorecer la investigación entre los jóvenes, promoviendo el intercambio de experiencias y conocimiento.
Tres alumnos del colegio vigués Las Acacias – Montecastelo, bajo la supervisión de los profesores Bernardo Longa y José María Durá, han sido reconocidos por el jurado de MAGMA (Associació per Promoure la Recerca Jove) organizadores del evento, con la distinción del Premio Obra Social La Caixa, por el diseño y desarrollo del sistema VibroSwim, destinado a personas con limitaciones visuales en el ámbito de la natación paralímpica.
Cyriaque Chapel, Guillermo Giacone y Pablo Pedrosa, que cursan 3º de ESO en Las Acacias – Montecastelo, defendieron su diseño durante las cuatro jornadas que duró el certamen, ante cerca de un centenar de proyectos llegados desde toda España y que tuvo como base de acogida La Salle Campus Barcelona.
“La natación es una de las disciplinas más populares en los Juegos Paralímpicos y ha estado presente desde su primera edición (Roma, 1960). En Tokio 2021 se disputaron 151 pruebas por medallas de este deporte y los deportistas estuvieron agrupados de acuerdo a su grado de discapacidad, pero, ¿cómo compiten los nadadores en este deporte?”, comenta Giacone.
“En este deporte, los nadadores se clasifican en función de cómo afecta su discapacidad a la hora de practicar cada estilo. Las clases S1 a S10 engloban a aquellos que tienen discapacidad física o parálisis cerebral, siendo los de la S1 los más afectados y los de la S10 los más leves. Además, la clase S11 se reserva para los nadadores ciegos, la S12 y S13 para los que tienen discapacidad visual y la S14 para la discapacidad intelectual”, explica Chapel.
“Nosotros nos vamos a centrar en la clase S11 y los problemas que tienen a la hora de practicar la natación. Los nadadores con este tipo de limitación tienen un entrenador especial conocido por “tapper” y se sitúan a cada lado de la piscina. La función de estos entrenadores es la de dar un golpe leve en cualquier parte del cuerpo (brazo, cabeza o espalda) con una vara de aluminio que tiene en la punta un corcho o pelota. Esta herramienta se utiliza justo en el momento en que el nadador está llegando al borde de la piscina y así impedir que se golpee. Hemos creado un sistema de aviso totalmente automatizado con el que la persona con limitaciones visuales será capaz de nadar en una piscina sin tener que depender de otras personas para conocer los límites del vaso de esta”, describe Pedrosa.
INTERÉS EN LA PATENTE
Diversas empresas del sector de la administración tecnológica y patentes han mostrado un serio interés por el invento de los alumnos de Las Acacias – Montecastelo, de tal manera que ya se ha producido algún encuentro registrado bajo documento legal, antes de su regreso a Vigo desde Barcelona.