La Xunta de Galicia invertirá alrededor de 700.000 € en la restauración de la iglesia del Mosteiro de Ferreira de Pallares, en el ayuntamiento de Guntín. La directora general de Patrimonio Cultural, Mª del Carmen Martínez, y el delegado de la Xunta en Lugo, Javier Arias, visitaron hoy este bien, declarado Bien de Interés Cultural, para comprobar su estado. La licitación de la actuación está prevista para las próximas semanas.
“Se trata de una fuerte inversión que se enmarca en el compromiso del Gobierno gallego con la conservación del patrimonio artístico y cultural, con un aumento del 14% en los Presupuestos para este fin”, explicó la directora general. “Este es el bien más singular del ayuntamiento de Guntín, además de una iglesia muy salientable en el Camino Primitivo, que queremos conservar en las mejores condiciones para las próximas generaciones”, añadió.
Las actuaciones previstas tienen como objetivo fundamental solucionar los problemas de humedad y colonización biológica presentes en la iglesia. Para eso se cambiará la cubierta, recuperando la estructura de madera, se restaurarán las carpinterías y se ejecutará un sistema de drenaje efectivo hasta el nivel de los pilares, para evitar que el subsuelo se vea muy afectado con las fuertes pérdidas de agua y mitigar la presencia de humedad en el pavimento interior de la iglesia.
Asimismo, se acometerá la limpieza de la fábrica de piedra, eliminando las colonizaciones biológicas, así como los rejuntados con mortero de cemento, que se sustituirán por unos nuevos de mortero de cal. Además, y dado su deterioro actual, se restaurará tanto el coro como la portada y la reja y se renovará la instalación eléctrica y el sistema de iluminación del templo.
TEMPLO ROMÁNICO
De origen prerrománico, el monasterio de Ferreira de Pallares pasó a manos de los monjes bieitos, siendo anexionados al de Samos en 1517. Hasta el siglo XIX permanecieron como priorato, convirtiéndose, la raíz de la exclaustración, en parroquia de la Diócesis de Lugo. En los siglos XII y XIII abundan las donaciones hechas al monasterio, que disfrutaba además de la protección real y papal, lo que justificó la construcción de un templo románico de amplias proporciones.
La iglesia consta de una nave rectangular dividida en cuatro tramos por tres arcos apuntados que se corresponden en el exterior con gruesos contrafortes. La bóveda de cañón que cubre la ábside semicircular sirve de sostén al arco triunfal, de medio punto, doblado y peraltado. En el interior de la ábside se abren tres ventanas, poco visibles con la colocación del retablo barroco. La nave se cubre con techumbre de madera sobre arcos apuntados que descansan en capiteles de decoración vegetal. En el muro sur hay un arco apuntado que da acceso a una capilla funeraria gótica con enterramientos de la familia Taboada.
Los restos pictóricos del interior de la iglesia están datados en el siglo XVI. El exterior destaca por su escalonamiento volumétrico y por los canzorros del alero decorados con figuras humanas, animales y motivos geométricos y vegetales.
La puerta norte presenta una doble arquivolta de medio punto con un tímpano liso, mientras que la sur -abierta al claustro del siglo XVI- consta de un tímpano decorado con la iconografía del Agnus Dei con cruz, un tema frecuente en el románico gallego de principios del siglo XIII. La puerta principal se caracteriza por una triple arquivolta ligeramente apuntada y columnas acodilladas.