La edición número nueve de la Regata a la Inversa de la Ría de Pontevedra se convirtió en una verdadera prueba de fuego para los participantes. Con un recorrido de 7,35 millas náuticas que los llevó desde la baliza de Os Pelados hasta Morrazán y de regreso, los regatistas se enfrentaron a un rival inesperado: el viento.
Si bien la jornada comenzó con una brisa moderada del oeste, las condiciones cambiaron drásticamente a medida que avanzaba la competición. El viento fue amainando paulatinamente, transformando el mar en una lámina casi inmóvil. Esta calma chicha puso a prueba la paciencia y la habilidad de los navegantes, que tuvieron que ingeniárselas para encontrar las mínimas corrientes de aire que les permitieran avanzar.
Entre los barcos participantes, destacó el "Vagalume", un Farr 25 skippereado por Luis Vidal. Con un diseño ligero y una tripulación experimentada, el "Vagalume" demostró ser la embarcación más rápida y adaptable a las cambiantes condiciones. A medida que la regata avanzaba, el "Vagalume" se fue despegando de sus perseguidores, el "Orión" y el "Ozosana", y cruzó la línea de meta en solitario, asegurando así la victoria absoluta.
La lucha por las posiciones restantes fue igualmente emocionante. El "Orión", un First 33.7, y el "Ozosana", un Imx 38, protagonizaron una intensa batalla por el segundo lugar, que finalmente se adjudicó el "Orión". A pesar de las dificultades impuestas por el viento, los participantes demostraron una gran pasión por la vela y un espíritu deportivo ejemplar.
La entrega de premios, celebrada en las instalaciones del Real Club de Mar de Aguete, sirvió para reconocer la hazaña de los regatistas y poner el broche de oro a una jornada inolvidable. El "Vagalume" y su tripulación fueron ovacionados por el público, que celebró un triunfo conseguido a base de esfuerzo y habilidad.
En definitiva, la 9ª Regata a la Inversa de la Ría de Pontevedra será recordada como una prueba exigente que puso a prueba los límites de los participantes. El viento, en lugar de ser un aliado, se convirtió en un obstáculo a superar, pero los regatistas demostraron una vez más que la pasión por la vela puede vencer cualquier adversidad.