José Serantes, ya de niño, acudía a Balaídos, y en la entrada al estadio, se cogía de la mano de un aficionado mayor, como si de un familiar se tratara, para ver el partido.
Hoy es Socio de Honor, con el número de carné celtista 150, además de poseer una insignia de oro que le entregó Carlos Mouriño, entonces presidente del club, en un acto celebrado en el Centro Cultural Mercantil, en la calle del Príncipe, en la ciudad olívica.
Durante todo este tiempo, no siempre fue un camino de rosas. En una ocasión, tras un encuentro en Balaídos entre el Real Club Celta y el Pontevedra CF, rompió su carnet al ser derrotados por el conjunto granate por 2-4.
Serantes ha cruzado muchas veces el Padornelo para seguir de cerca a su equipo en estadios como el Manzanares, el Zorrilla de Valladolid o San Mamés en Bilbao, entre otros.
Si el Celta juega fuera, él, que trabajó toda su vida —44 años, 7 meses y 9 días— en el Banco Exterior de España de la calle Colón, sigue los encuentros en la pantalla gigante de Luckia Apuestas en Urzáiz. Con 79 años, y socio del club celeste desde los 18, su pasión por el equipo sigue intacta.