Fue en O Progreso, en la ciudad de Vigo, donde contemplé recientemente la obra 'Las pastillas del abuelo', y no precisamente en una galería de arte, sino en una farmacia. Allí, María Auxiliadora Villar se mostraba encantada de tener el cuadro entre los medicamentos, o, mejor dicho, un personaje de edad avanzada retratado con la visión de un artista nacido en Ribadelouro: Xai Oscar. Es necesario que en días venideros este autor exponga toda su obra en un museo o espacio de la ciudad olívica, donde reside y pinta día y noche.
Igualmente, fue por azar que nos cruzamos en la Casa das Artes. Durante la conversación, me contó con detalle su trayectoria y me dio indicaciones de dónde podría contemplar sus cuadros.
Xai Oscar donó al Hospital Álvaro Cunqueiro "Ventana a la vida", colgada en el área de consultas externas, agradeciendo el buen trato recibido por parte de los sanitarios del centro. El ex presidente del Celta, Carlos Mouriño, fue captado por sus pinceles, y este último adquirió la obra "Desde A Madroa", que cuelga en la Fundación Celta, en la calle del Príncipe.
En una de sus actuaciones pictóricas, tuvo un disgusto: la intervención precisamente en tierras de Ribadelouro, su cuna natal. Allí mismo, delante de su casa, luce el "Pórtico de la Gloria" sobre un mural de fondo, y la obra "Descansando en el Camino", fotografiadas por los peregrinos que pasan en dirección a Santiago, siguiendo el Camino Portugués.
El autodidacta nació el 29 de febrero de 1948 en el lugar de Orbenlle, y se trasladó a Vigo cuando tenía diez años. En esta ciudad asistió a clases en la Escuela de Artes y Oficios, ampliando luego sus estudios en viajes que realizó durante varios años por Europa, fijando incluso su residencia un tiempo en París.
Fue en 1969 cuando colgó su obra por primera vez en la Sala de la Caja de Ahorros Municipal de Vigo, iniciando así un recorrido artístico que lo llevó a varias ciudades españolas, entre ellas Santander, Valladolid, La Coruña o Pontevedra.
Xai Oscar es un gran admirador de la obra del inolvidable Antonio Fernández, pintor al que conoció en su casa de Goián, muy cerca del robledal de San Roque, donde tiene el taller y trabaja otro de sus alumnos, el escultor Magín Picallo. Pero los vigueses y foráneos que pasan por la ciudad tienen la oportunidad de ver varias de sus obras hiperrealistas en el Mercado de El Progreso, concretamente "Sinfonía marina", de más de siete metros, en homenaje a las islas y a la ría, y también "La descarga de sardina en O Berbés".
Fue en el mismo ambiente del mercado donde este fin de semana presentó "Soledad bajo la lluvia", donde refleja la aureola de un pintor que siente la necesidad de llevar a las telas una imagen de alguien de la tierra que significara sensibilidad.