Este domingo, Mons. Antonio Valín Valdés, ordenado obispo ayer en la catedral de Tui, celebró su primera misa episcopal en la concatedral viguesa durante la eucaristía vespertina a las 18.00 horas.
Desde 1959, por determinación del papa Juan XXIII, la diócesis de Tui comparte sede con la ciudad de Vigo, formando la diócesis de Tui-Vigo. Este mandato establece que el nuevo obispo tome posesión de su ministerio en ambas sedes: primero en la catedral y luego en la concatedral-basílica.
La ceremonia contó con la presencia de autoridades eclesiásticas, numerosos párrocos de la ciudad, representantes de las principales asociaciones católicas y las principales autoridades civiles y militares. Fue presidida por el nuevo obispo, acompañado por el obispo emérito Mons. Luis Quinteiro.
Durante su homilía, Mons. Antonio Valín afirmó que "la Iglesia es madre y familia, en la que nadie queda excluido y todos somos necesarios, imprescindibles. Todos somos llamados a caminar tras el Maestro, a seguir sus huellas allí donde estemos". Recordando las palabras del papa Francisco, destacó la importancia de sembrar, anunciar y animar en un momento de cambio de época, subrayando la necesidad de colaboración y esfuerzo conjunto en la Iglesia y las instituciones de la sociedad.
Agradeció especialmente la presencia de las autoridades civiles y militares, expresando su disposición a colaborar con ellos en la búsqueda de una mayor dignidad para aquellos en situación de vulnerabilidad. Finalmente, invocó al Cristo de la Victoria, pidiendo que "el amor de Cristo, el Señor, arda y apremie de un modo nuevo en este momento que estamos viviendo y nos lleve a ser discípulos misioneros con un aliento y fuerzas nuevas