En un discurso televisado de este miércoles, el PM de
Israel, Benjamin Netanyahu, anunció que pedirá al presidente del Knesset, que es Yuli Edelestein en estos momentos, la inmunidad parlamentaria con el objeto de
defenderse de las acusaciones de corrupción y evitar, de este modo, comparecer
en el juicio por los cargos que hay emitidos contra él.
Debido a que el Parlamento (Knesset) tiene disuelta la
cámara, toda vez que ni él, ni Gantz tuvieron apoyos para formar gobierno, esta
jugada permite que el juicio quede aplazado, ya que hasta unos meses no se
puede estudiar el caso.
De salir elegido, la inmunidad quedaría garantizada, así
hasta la prescripción del delito.
En su discurso dijo que él no quiere que los políticos sean
inmunes a los delitos, sino que se garantice que no aparezcan acusaciones
falsas, como es su caso.
La Corte de lo Penal
tiene ahora que decir si un acusado de corrupción puede o no presentarse a unos
comicios electorales, pero en esto no hay de momento unanimidad en los jueces.
De la acusación de
corrupción no se libra la tercera y actual esposa, Sara, quien entre otras
cosas está acusada de utilizar para uso particular la recaudación del dinero de
la devolución de las botellas de agua de la residencia oficial. La suma
ascendió a unos 6.000 shekels, por bien poco se pilló las manos, pues 6.000
shekels equivalen a 1.411,76 euros. Aunque tiene otras causas latentes, como el
castigo físico a empleados del servicio.
De todas formas en Israel las penas tardan mucho en prescribir. Actualmente hay un ex primer ministro a punto de salir de la cárcel donde estuvo varios años una vez que perdió el puesto, saliendo con permisos esporádicos, pero con limitación de movimientos, en festividades como el Yom Kippur.
Por José V. Moure Rivera.