Las dolencias más comunes de nuestra civilización condicionadas por el estrés son: la escasa capacidad de concentración, las enfermedades cardíacas y del sistema circulatorio, la ansiedad, la depresión, trastornos del sueño, alimentarios e intestinales, insuficiencia del sistema inmunológico, entre otras.
Las plantas y el paisaje tienen la capacidad de atenuar este estrés, guiándonos a un estado de ánimo de sosiego. Tienen la capacidad de estimular nuestra concentración, y nos despiertan sentimientos positivos que nos invitan a la relajación. La naturaleza está colmada de estímulos, no solo estéticos sino también sonidos y olores, que crean en nuestro cerebro las bases neurobiológicas para que esto ocurra. Es por eso, por lo que caminar por un prado florido o disfrutar de un “baño de bosque”, sin duda, nos va a otorgar múltiples beneficios tanto para nuestra psique como para nuestro cuerpo.
Las plantas y el paisaje tienen la capacidad de atenuar este estrés, guiándonos a un estado de ánimo de sosiego.
Trastornos mentales relacionados con el estrés afectan alguna vez, a una de cada cuatro personas a lo largo de su vida. En general, la inflamación se asocia a depresión y ansiedad. Es por eso, por lo que esas alteraciones del estado de ánimo conducen hacia muchas enfermedades físicas.
En su investigación, la universidad de Colorado descubrió una bacteria, la Mycobacterium vaccae, que vive en el suelo y que puede bloquear los efectos sensibilizadores del estrés. En el estudio, comprobaron que esta bacteria aumentaba notablemente los niveles de serotonina y norepinefrina en el cerebro de ratones, descubriendo que el efecto es equivalente a fármacos como el Prozac, utilizado para controlar la depresión. Es así como la tierra vendría siendo un antidepresivo natural.
Además, la Mycobacterium vaccae se ha utilizado en estudios relacionados con la quimioterapia, por Mary O´Brien, oncóloga del Royal Marsden Hospital de Londres (Reino Unido), mejorando la calidad de vida de los pacientes a través de la mitigación del dolor y las náuseas. Durante el tratamiento también se notó un mejor estado de ánimo en general, de los pacientes.
Una bacteria, la Mycobacterium vaccae, que vive en el suelo y que puede bloquear los efectos sensibilizadores del estrés.
Entonces, los beneficios de estar en contacto con la tierra, de los baños de bosque (inhalar su atmósfera colmada de terpenos vegetales) o sencillamente practicar jardinería, en cualquiera sea nuestra experiencia con la naturaleza y el medio salvaje, nos otorgará a través de su belleza natural, desapego y curación. El contacto con el medio ambiente es transcendental para la felicidad del ser humano. El bosque es un gran espacio vital donde miles de seres vivos interactúan unos con otros. Es allí donde la energía verde fluye en su apogeo. Volver a nuestras raíces, redescubrir la misteriosa fuerza de la naturaleza y de los elementos que le son propios, cuyo orden natural nos antecede, sin duda, nos protegerá.
Marianela Blanco