viernes. 22.11.2024

C*** con los de Logroño

(...) El comentario me ha recordado un tiempo –la posguerra, hasta bien entrados los años 70– en que eran habituales las referencias jocosas a Logroño en el cine español. La gracia –para los de Madrid– estaba en mencionar inesperadamente una capital de provincias, que, como digo, era siempre Logroño (..).

Estaba viendo en la televisión la serie “Allí abajo”, que tanto evoca a “Ocho apellidos vascos”, cuando el guión me ha sorprendido con una inesperada y pretendidamente chistosa referencia a Logroño, mi ciudad natal. Iñaki, el protagonista, necesitaba 54.000 euros para volver a poner a andar su bar en San Sebastián, y su cuadrilla andaba intentando convencer a José María, un cliente del local, que acababa de cobrar un suculento finiquito, para que invirtiese en el bar de su amigo. “Ten en cuenta que el vino corre por tus venas”, le dicen más o menos (la cita no es literal), aludiendo a su trabajo como distribuidor de este producto, y el interpelado contesta todo ufano: “Claro, como que soy de Logroño, la capital de los pinchos”.

El comentario me ha recordado un tiempo –la posguerra, hasta bien entrados los años 70– en que eran habituales las referencias jocosas a Logroño en el cine español. La gracia –para los de Madrid– estaba en mencionar inesperadamente una capital de provincias, que, como digo, era siempre Logroño. La costumbre, por lo visto, había comenzado en el teatro, según recordaba mi paisano Rafael Azcona, el guionista por antonomasia de nuestro cine patrio, en un artículo publicado en aquellos tiempos en el diario "Pueblo": “Usted está acostumbrado a ver en las funciones de teatro de mucha risa a un actor que sabe decir Logroño con más salero que nadie”.

Siempre he querido hacer un inventario de las películas españolas en que se hace esta referencia pretendidamente graciosa a Logroño. Creo que es una tarea que me supera, para la que no tengo recursos suficientes. Con todo, a bote pronto, recuerdo dos que vi hace cuatro o cinco años en televisión y en las que la mención a Logroño aparecía inesperadamente para dar rienda suelta a la risa del espectador.

La primera es "Los Palomos", dirigida por Fernando Fernán Gómez en 1964, con guión del propio director, de Alfonso Paso y de José María Rodríguez. En un momento dado, el personaje de Gracita Morales, que ya de por sí es siempre “de mucha risa”, dice: “¿Por qué no tomamos una decisión heroica y nos vamos a Logroño?”.

La segunda es "Novio a la vista", uno de los primeros títulos de Luis García Berlanga (1954). El guión es del propio Berlanga en compañía de Edgar Neville, Juan Antonio Bardem y José Luis Colina. Los Villanueva son una familia de mucho postín que veranea todos los años en Lindamar (transunto de San Sebastián). El resto de las familias que frecuenta la playa, también de la alta burguesía, pero no tanto, no les quita ojo, corroídas por la envidia. Este año viene un nuevo miembro de los Villanueva, desconocido para el resto de los veraneantes: un joven ingeniero al que la madre y la tía de la niña protagonista quieren emparentar con ella. Los cotilleos entre las otras familias no se hacen esperar: “Será de los Villanueva de Logroño”.

Creo que en "La gran familia" (Fernando Palacios, 1962) también hay una parecida referencia jocosa a Logroño, pero no estoy seguro. Quizás sea una respuesta al teléfono del tipo de “Dile que me he ido a Logroño”, que se usaba mucho en las comedias españolas de esa época cuando alguien no quería ponerse al aparato. Las risas estaban garantizadas.

C*** con los de Logroño
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