Todo aquel que entró ayer en la Casa de Galicia en Madrid salió mejor: más sabio y, sobre todo, más imbuido del valor de los vinos y destilados gallegos que se promocionaron a partir de los más de 30 premiados en las Catas de Galicia. El conselleiro de Medio Rural de la Xunta de Galicia, José González, acompañado por el director de la Axencia Galega da Calidade Alimentaria (Agacal), José Luis Cabarcos, ejerció de introductor al Túnel de Armonías en el que se adentró un centenar de personas para saborear el inédito maridaje entre vinos, aguardientes, licores y alimentos gallegos con indicativo de calidad. Una iniciativa que colmó las expectativas de la organización dado el éxito de la convocatoria cuyas plazas, limitadas por el aforo, fueron rápidamente cubiertas.
“Un verdadero arte”. Así definió de entrada el representante del gobierno autonómico el proceso de elaboración de los vinos y destilados seleccionados. “En cada copa de vino gallego hay una historia de una producción de calidad”, reiteró en la alocución que dio paso al Túnel de Armonías y tras la masterclass “Domesticación de la vid en Galicia”, dirigida por Alejandro Paadín. El conselleiro recordó el contexto de que la vendimia de 2023 fue la más abundante de la última década y, desde ese punto de partida, quiso remarcar todo lo que lleva emparejado el vino. Por ejemplo, el enoturismo, del que Galicia quiere ser “principal destino. La Xunta esté comprometida con promocionar vino y territorio, en conjunto, algo que se plasma en la Estrategia de dinamización económica, territorial y turística de las comarcas vitivinícolas de Galicia”.
Como preludio a la degustación, que se prolongó durante más de dos horas y en la que ejercieron de perfectas guías las fichas de armonías, José González expuso la trascendencia económica del sector. De ahí que la Xunta, afirmó, asuma “diferentes líneas de ayuda” que se elevan a casi 30 millones de euros y haya hecho hincapié en medidas legislativas claves como la ya aprobada Ley de Recuperación de la tierra agraria de Galicia –“permite sumar hectáreas a los viñedos, sumar kilos de uvas a las producciones y sumar vinos de calidad a nuestras denominaciones”- o la todavía en trámite ley de calidad alimentaria –“ incidirá en el objetivo de hacer de la excelencia el emblema de los productos gallegos”-.
El conselleiro dejó, a continuación, que fuesen los vinos, aguardientes y licores gallegos, armonizados con sus vecinos alimentos de primera calidad -quesos San Simón, Tetilla, Arzúa Ulloa y Cebreiro; castaña; mieles; pan de Cea y AOVE; grelos; Fabas de Lourenzá; patatas; Ternera Gallega; y Tarta de Santiago-, los que convenciesen realmente a la concurrencia. La calidad llenó los paladares, mostró la seriedad y fortaleza del sector en Galicia y ejerció de embajadora perfecta para captar futuros consumidores y, sobre todo, visitantes. Como no podía ser de otra forma, la tarde-noche se cerró en perfecta armonía.
Las Catas de Galicia persiguen identificar, premiar y promocionar los mejores vinos aguardientes y licores gallegos -elaborados fundamentalmente con variedades autóctonas-. Este certamen cumplió este año 35 ediciones y lo organiza el Gobierno gallego en colaboración con los cinco consejos reguladores de las denominaciones de origen vinícolas y las indicaciones protegidas de los aguardientes y licores tradicionales. Las más de 400 bodegas de Galicia estuvieron ayer bien representadas en Madrid, un gran mercado y, sobre todo, un gran punto de partida para un sector sin fronteras.