Desde hace más de 25 años, la Asociación de Ayuda a la Vida (AYUVI) contribuye con su labor a la consolidación de las familias apoyando a las madres que se encuentran en riesgo de exclusión social en sus instalaciones de la avenida Ramón Nieto, que la pandemia ha obligado a readaptar a una realidad marcada por protocolos sanitarios que, a pesar de las dificultades acarreadas, han conseguido una mejora en la optimización de espacios. El obispo de Tui-Vigo, Luis Quinteiro Fiuza, acudió esta mañana para conocer todos los cambios que se han producido en las instalaciones y agradecer la encomiable labor que desarrollan las trabajadoras sociales y las voluntarias de AYUVI.
Durante la mañana, Luis Quinteiro, acompañado por el vicario de economía de la diócesis de Tui-Vigo, Jesús Martínez Carracedo, compartió un rato de fraternidad con las dos trabajadoras sociales de la asociación —Elena y Yolanda— y algunas de las voluntarias que se acercaron a recibir al obispo de Tui-Vigo. Al término de la visita, presentaron las cifras más relevantes hasta la actualidad y compartieron con el obispo las iniciativas que están desarrollando en estos momentos.
En lo que va de año, Elena y Yolanda, las dos trabajadoras sociales de la asociación, han atendido a 166 familias, de las cuales más de un 25% se beneficiaban por primera vez de las prestaciones ofrecidas por la asociación. Esta cifra de familias se traduce en la atención, solo en el año 2021, a 164 infantes de entre 0 y 3 años —27 de ellos nacidos a lo largo de los últimos siete meses—. Desde la asociación explican que muchas de estas familias estaban asentadas, pero muchas han vuelto a la búsqueda de recursos debido a la crisis que la pandemia ha provocado en sectores como la hostelería o el cuidado doméstico.
Las mujeres gestantes o con niños de entre 0 a 3 años encuentran en AYUVI un lugar de acogida en el que son escuchadas y acompañadas al inicio de su maternidad. Entre los recursos materiales, la asociación cuenta con un amplio almacén situado en la planta baja de sus instalaciones —que cuentan con un total de tres plantas en las que distribuyen las sesiones formativas y las salas de juegos para los más pequeños— en el que mantienen en riguroso orden la ropa, cunas, canastillas o sillas de paseo que ofrecen a todas las madres que acuden en busca de ayuda.
Sin embargo, los recursos de AYUVI no se frenan en lo material, sino que también han desarrollado formación puntual en el ámbito prelaboral con cursos de cocina, manipulación de alimentos y alergias e intolerancias, primeros auxilios y soporte básico o conocimiento de las nuevas herramientas digitales para la búsqueda de empleo. Con la pandemia han tenido que adaptar esta formación compaginando la presencialidad con sesiones on-line, abriendo la puerta a colaborar con otras instituciones como el Hogar Santa Isabel que también se beneficia del su curso «Hogarizarte», sobre la excelencia doméstica en el área de limpieza. A estas sesiones puntuales se suma la formación continuada con el pediatra, la matrona, la psicóloga o la asesora de lactancia con el objetivo, por una parte, de crear un fuerte vínculo entre madres e hijos, y, por otra, de contribuir a la mejora de la autoestima de cada una de las mujeres que acuden al centro.
La Asociación de Ayuda a la Vida nació gracias a Adoración, quien comenzó a atender a mujeres en riesgo de exclusión en la trastienda de su farmacia en el año 1995, hasta que, poco a poco, la voz fue corriendo y la demanda creciendo, lo que obligó a buscar un espacio más amplio en el que desarrollar esta labor de atención a madres gestantes. Tras pasar por varios localizaciones, AYUVI se instala definitivamente en la avenida Ramón Nieto en el año 2007 para convertir en realidad su lema: «ayudando a una madre se consolida una familia».