martes. 03.12.2024

Los balnearios son centros sanitarios que en sus instalaciones disponen de aguas termales y/o aguas minero-medicinales que brotan de un manantial propio, con beneficios terapéuticos para la salud (curan algunas enfermedades y/o en determinados casos contribuyen a paliar problemas relativos al aparato locomotor, tienen efectos beneficiosos para combatir el estrés), además de disfrutar de unos días de relax. Las tradiciones medicinales de las termas se remontan a la antigüedad clásica, los balnearios para relajarse han heredado los métodos y costumbres de los gimnasios griegos, termas romanas, hammanes y baños del mundo árabe, que han sabido conservar y perfeccionar hasta convertirlos en centros modernos de recuperación de la salud, para tratar diversas dolencias y curar el estrés. Las nuevas tecnologías incorporadas a las fuentes naturales, confluyen en una serie de nuevos tratamientos de hidroterapia de cara a aplicar los baños medicinales, a los que se suman la crenoterapia o balneoterapia (cura balnearia o termal), la fangoterapia, los ultrasonidos, etc.

En el siglo XX, los balnearios alcanzaron su máximo esplendor, situados en enclaves de naturaleza, donde se respira tranquilidad, con un clima suave y unas aguas termales y/o mineromedicinales con propiedades adecuadas a sus dolencias, idóneas para recuperar la salud; era muy habitual por aquel entonces que las familias más acomodadas organizaran sus vacaciones pensando en relajarse y recuperar la salud de los excesos de trabajo, además de servir de punto de encuentro para reencontrarse con los amigos y mantener relaciones sociales. Los balnearios con cierta tradición histórica representaron un símbolo de salud que hay que recuperar, aquellos que han conservado sus instalaciones, sin perder su propia identidad, se han renovado y puesto al día utilizando las técnicas más innovadoras para dar mejor calidad en su servicio, además de tener en cuenta los avances médicos y terapéuticos en campos como el reumatismo, la artrosis, el sistema circulatorio, el aparato digestivo, el sistema nervioso, la obesidad (pandemia invisible del siglo XXI).

Cada vez es más frecuente que los hoteles incluyan en su oferta de servicios un SPA, que son centros de hidroterapia que contribuyen a combatir el estrés y a relajarse de las tensiones de la vida diaria, si bien la diferencia fundamental estriba en el tipo de agua que utilizan sus instalaciones hidrotermales. Mientras un SPA funciona con agua corriente del grifo, en un balneario además de la relajación están los beneficios terapéuticos para la salud (tratamiento adecuado al problema de salud del paciente). Un balneario puede ayudar a paliar una dolencia física o mejorar algún aspecto de la salud concreta en las vías respiratorias, en la piel, en las articulaciones, etc., para lo cual es preciso elegir el balneario adecuado al tipo de dolencia que tenga el paciente para así poder resolver su problema de salud (las aguas de cada balneario tienen una composición química diferente que está determinada por el manantial del que broten, y que suele estar ubicado en sus instalaciones o en sus proximidades).

Revitalizar la balneoterapia
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