Desde la noche del domingo 23 y durante el día del lunes 24, la Yihad Islámica Palestina lanzó casi medio centenar de cohetes sobre territorio israelí. El portavoz de defensa judío dijo que varios de ellos fueron interceptados por las baterías antiaéreas, pero otros cayeron sobre campo abierto y, según dicha fuente, no produjeron víctimas.
En represalia la fuerza aérea
israelí lanzó dos ataques, uno sobre posiciones de la Yihad Islámica Palestina en la Franja de Gaza,
incluida la Comandancia de la Brigada Khan Yunis, y otra en una posición de la
Yihad Islámica en el sur de Damasco. En este último escenario hubo, según
fuentes sirias, seis muertos, 2 milicianos de la Yihad Islámica y cuatro de las
milicias proiraníes. De los ataques en
Gaza, no hay informes de víctimas.
En relación a estos ataques,
hubo dos declaraciones, una del ministro de defensa de Israel, Naftali Bennetr,
comunicando que el ejército está preparado para lanzar una ofensiva en gran
escala, que no irá solo sobre los que lanzan los cohetes, sino también contra
otras organizaciones yihadistas que operan en la zona.
La otra es del primer ministro
Benjamín Netanyahu, quien advirtió que el ejército simultaneó dos ataques en
dos escenarios muy distintos. Uno en Siria y otro en Gaza. Pero está dispuesto
a ordenar golpear a los líderes de las organizaciones yihadistas palestinas,
incluso a declarar una acción de guerra superior a la Operación Plomo Fundido y
otras lanzadas con anterioridad. El primer ministro se reunió este lunes con la
Comisión de Defensa para estudiar la situación.
En mi opinión, el denominado
‘Acuerdo del Siglo’ para lograr la paz en la zona, ha fracasado antes de entrar
en vigor. Nació mal y está abocado a acabar peor. Algo normal, cuando es un
acuerdo de una parte apoyada por Estados Unidos, donde no tiene ni voz ni voto
la otra parte.
La espiral de violencia hace
mucho tiempo que empezó y no se le ve el fin a corto plazo.
José Victorio Moure Rivera
