POEMAS DE OTOÑO: Soliloquio
SOLILOQUIO
Una página en blanco se despliega, y se abre la mente
ante un futuro limpio y liso como la escarcha.
Aún no hay vestigios de palabras ni de actos voluntarios,
no hay signos de vivencias dependientes de ti.
Escribe las palabras adecuadas en este paño de plegarias
para construir tu mañana, para recitar tu poema.
¡Que cada verso sea como a ti te parezca mejor!
Así, sin grandes aspavientos ni deseos delirantes,
sino con la calma del que es un pensante de la vida,
un visitante del paisaje, un disidente del destino.
Extiende tu mano y coge la pluma, que aún hay esperanza.
Un camino se extiende hacia delante y te tiende una vereda,
donde puede haber sombra en verano y luz en las tinieblas.
Plasma los caminos, lo más rectos posible
para que no te pierdas al ir andando,
errante y desprovisto de placeres mundanos,
ahora que no los tienes.
Traza soles y bosques, mares y playas,
abrazos y manos entrelazadas,
para que la soledad no te alcance;
y tú, sigilosamente puedas esconderte
dentro de ese destino que proclamas.
Las luces de la ciudad te llaman y te encandilan,
con sus letreros de neón, recurrentes y embaucadores.
No te distraigas, ni siquiera los mires.
Sigue de largo ante el consumismo aberrante;
y el materialismo excesivo, que no te toque.
Amplía tu mente cansada de ideas colectivas,
que te llevan al despeñadero;
de ideologías vanas que solo pretenden llenar tu vacío.
Libera tu poderoso intelecto y verás,
como el camino que ya has recorrido va quedando atrás,
plasmado en tus recuerdos:
imborrables memorias, cultivadas a mano alzada.
Con la delicadeza de cada trazo,
nada has desperdiciado en este andar,
ni lo has entregado gratuitamente.
Has confiado en tus instintos y corazonadas.
Así has armado el mapa de tu destino,
en la anchura de los días has puesto tu confianza;
es por eso, por lo que, en esta nueva página,
te invito a plasmar otro poema,
esta vez con versos de coloridos ensueños
que converjan en un mar de esperanza.