Posible vuelta a la escena política de Benjamín Netanyahu
Lo que empezó llamándose Operación Amanecer pasó a denominarse Operación Alba, que es más de lo mismo. Hace tres días las sirenas no solo de la ciudad israelí más cercana a Gaza, Ashkelon, sino también las del centro y sur del país, advirtieron a la población del inminente lanzamiento de cohetes desde la Franja.
La replica no tardó en producirse. Las FDI pusieron en marcha la Operación Amanecer contra la Yihad Islámica Palestina en Gaza.
En esta Operación fueron alcanzados objetivos de la Organización yihadista considerada como terrorista para varios países, entre ellos Israel y Estados Unidos.
De la alarma no se libró tampoco la ciudad de Tel Aviv. Cuatro cohetes fueron lanzados contra ella, siendo interceptados por las baterías Iron Dome judías.
El teniente general jefe de Estado Mayor, Aviv Kohavi, advirtió que sus tropas atacarán a la Yihad Islámica Palestina allí donde sea preciso.
Uno de los cohetes lanzados por la Yihad desvió su rumbo cayendo en terreno propio, alcanzando al Campo de Refugiados Palestino de Jalabiya, en el que murieron 7 civiles, entre ellos 4 niños palestinos.
Durante la contienda, fueron lanzados unos 1.200 cohetes, de los cuales más de 200 fueron interceptados por las baterías denominadas ‘Cúpula de Hierro’, unos 120 cayeron en terreno propio y el resto en campo abierto que, según las autoridades israelíes, no causaron víctimas.
Tanto Hamas como Fatah se demarcaron de las operaciones de castigo contra Israel. Aunque Hamas condenó los bombardeos de la Fuerza de Israel que produjeron 44 muertos palestinos, entre ellos el 2º comandante de la Yihad Islámica Palestina, Taycer Jabari.
El portavoz del ejército de Israel dijo que trataron de evitar daños colaterales en la población civil palestina. En la Operación que pasó a denominarse Alba fueron alcanzados puestos de tiro, escuadrones de lanzamiento, talleres de ensamblaje de cohetes y morteros y almacenes de munición de la Yihad.
Por mediación de Egipto se alcanzó un pequeño acuerdo de alto al fuego, pero muy débil. Ya que la Yihad pide la liberación de dos de sus miembros que se encuentran detenidos en centros israelíes, Bassan al Saadi y Khalil Awawdeh, este último se encuentra en huelga de hambre. El secretario general de la organización dijo que, de no cumplirse sus exigencias, se reanudarán los ataques.
Mientras tanto, Israel está inmersa en una crisis política gubernamental, donde en las primarias el partido Likud obtuvo un apoyo popular. Esta podría facilitar la vuelta a la escena política de Benjamín Netanyahu, pese a estar imputado en distintos delitos por la fiscalía del estado.