Escuchar la voz de alguien (3)
Seguimos destripando la carta del papa Francisco sobre el papel de la literatura en la formación.
Si lees la carta te darás cuenta que el título del post no es mío, lo copio con descaro: escuchar, voces y no ecos, y de alguien.
Una vez más la carta se apoya en Borges con una cita en donde se nos dice que es importante leer, contactar, y sumergirse en el texto. Aunque te enteres poco al menos has oído la voz de alguien.
No dejarnos interpelar por las voces conlleva sus peligros: aislamiento, y empeora nuestras relaciones. Si no escuchamos mal vamos.
La cultura y el libro nos acompañan en este camino complicado que es el de tocar los corazones de los hombres. Y ahí, la literatura es imprescindible, maestra en lo espiritual, en tocar corazones y sentimientos. La literatura sabe conectar y hacer comprensible lo inmaterial.
Se nos habla de crisis religiosa como una incapacidad emotiva generalizada, esto es muy fuerte. La clave no está en adherirse a unas proposiciones doctrinales sino más bien es un problema emocional. El problema es una incapacidad de emocionarse antes Dios y antes los demás seres humanos. Sanar y enriquecer la sensibilidad es un camino y ahí si está la literatura y en especial la poesía.
La literatura y la poesía en auxilio de nuestras incapacidades, incapacidad de emocionarse, incapacidad de escuchar, incapacidad de interesarnos por los corazones ajenos, incapacidad de ensanchar el corazón. Y no sé muy bien porqué me viene a la mente la idea siguiente: el aborto como una incapacidad afectiva, incapacidad de mirar, incapacidad de oír.
¿Qué nos dice la carta? Es difícil tener una relación personal, íntima y amoroso con Dios sino eres capaz de abrir tu corazón. Si tus afectos están deteriorados, y solo actúas de forma racional o utilitarista.
Y en ese camino los libros pueden ayudarnos a abrirnos, dialogar y escuchar, a sentir con el corazón de los otros.
Acabo con el maestro: Don Juan Ramón Jiménez (1881-1958), “mi libertad consiste en tomar de la vida lo que me parece mejor para mí y para todos; y en darlo con mi vida” me quedo con el darlo y el para todos.