Cardenal Omella: “Una oportunidad preciosa en un mundo en el que tenemos mucha movilidad, para conocer gente y ver a los habitantes de otros lugares como hermanos”
Convertida esta semana en eje de los tres grandes centros de cristiandad: Santiago, Roma y Jerusalén, la capital gallega acoge estos días el Congreso Mundial de Pastoral de Turismo, seguido con gran atención por medios especializados de todo el mundo, con la participación de prestigiosos ponentes de más de 25 países, entre ellos numerosas autoridades eclesiásticas que se han reunido en la Hospedería de San Martiño Pinario para reflexionar sobre el turismo e intercambiar ideas para impregnar de sentido religioso el tiempo de ocio.
Conscientes de que urge un turismo más humano y humanizador, la penúltima jornada del congreso, que incluyó una docena de ponencias, se centró en el valor de las peregrinaciones y la necesidad de incidir en su sentido espiritual y religioso, pero también se abordaron otros aspectos del turismo, como la situación actual del sector con el telón de fondo de la guerra de Ucrania y la pandemia, y su futuro más inmediato; la experiencia pastoral en Colombia, Polonia, las iglesias orientales o varias órdenes religiosas, como la de los Santos Jesuitas, sin olvidar la explotación sexual de ciertos lugares de ocio o la promoción de una cultura del turismo ético y responsable.
La jornada contó con la intervención del presidente de la Conferencia Episcopal Española, el Cardenal Juan José Omella, que ofreció una ponencia sobre El hombre itinerante en una sociedad multicultural y multireligiosa, a la luz del magisterio del Papa Francisco.
Para monseñor Omella, el congreso es “una oportunidad preciosa en un mundo en el que tenemos mucha movilidad, para conocer gente y ver a los habitantes de otros lugares como hermanos”. En su opinión, “hay que ensanchar nuestro corazón, porque hay otras riquezas y bondades que hay que reconocer y amar”.
Además, añadió, “permite también vivir el gran deseo del Papa de una Iglesia de salida, de salir al mundo para dar a conocer la doctrina de Jesús, porque la presencia de Dios nos hermana y nos hace vivir en esperanza y en convivencia con todos los pueblos de la tierra”.
La peregrinación fue el eje central de la intervención de Monseñor Julián Barrio, arzobispo de Santiago, que habló de este fenómeno especialmente importante en Roma, Jerusalén y Compostela, donde además se está celebrando el Año Santo.
Tomando las palabras de Ricardo Blázquez, Monseñor Barrio recordó que “peregrinar es mucho más que un deporte, mucho más que una aventura, mucho más que un viaje turístico, mucho más que una ruta cultural a través de monumentos admirables, testigos silenciosos de una historia secular. Sin negar el sentido específico de los motivos indicados, la peregrinación posee un alma humana y cristiana” y “sin alma el camino sería una realidad inerte”.
También recordó que el Camino de Santiago “se hace por penitencia” y que “el verdadero valor consiste en ser una ruta para el espíritu humano que se rebela a desaparecer bajo la asfixia de la propia inmanencia. Es como una protesta del peregrino contra lo que le rodea y le ofrece la sociedad actual. En una sociedad herida por los gnosticismos el peregrino redescubre la naturaleza y se pacifica con la creación, se abre al ámbito de la contemplación, sintiéndose necesitado y limitado lo que le hace valorar la hospitalidad y la acogida, y percibe que encuentra sentido en la historia y no en las ideologías, sabiendo que el mañana reflejará la esperanza del hoy. El peregrino a la tumba del Apóstol se encuentra con la tradición apostólica que fundamenta nuestra fe”.
También recordó que “la experiencia jacobea abarca las diferentes facetas que atañen a la dimensión humana, espiritual, cultural, social y económica vividas como experiencia del peregrino” y que “a Compostela hay que comprenderla en una milenaria tradición en torno a la tumba del Apóstol, como comunidad guardiana de uno de los tesoros más preciados del Orbe Cristiano. La referencia del Señor Jesús es Jerusalén, la del Apóstol Pedro es Roma, la del Amigo del Señor es Santiago”.
“El Camino de Santiago es un ámbito de encuentro y de búsqueda, espacio de acogida, de fraternidad y de amistad social donde uno siente la necesidad de ser ayudado y ayudar a los demás, compartiendo y conviviendo si miedo ni desconfianza con quien es distinto. El lenguaje de lo divino en el Camino se manifiesta en la fe, en el amor y en la esperanza”.
Por su parte, el Patriarca Latino de Jerusalén, Su Beatitud Pierbattista Pizzaballa, abordó el fenómeno de la peregrinación a Jerusalén y habló de la situación actual de la población cristiana en Tierra Santa. No hay que olvidar que el Camino de Jersusalén es la ruta de peregrinación y paz internacional y cultural más larga del mundo.
Como recordó el Patriarca, Jerusalén es el corazón de la Tierra Santa, la síntesis de la acción de Dios por el bien de toda la humanidad, “el lugar por excelencia” en una intervención plagada de citas bíblicas en la que habló de los orígenes de la peregrinación, cuando los judíos que no vivían en Jerusalén estaban obligados a peregrinar a la capital tres veces al año, y de cómo la peregrinación a Jerusalén en tiempos de Jesús estaba envuelta de elementos religiosos, históricos, culturales y económicos.
También de cómo el templo de Jerusalén era considerado “el centro de la tierra, el ombligo del mundo, incluso antes de la era cristiana” y la “escalera entre cielo y tierra”, y de cómo los primeros judeocristianos retomaron esa tradición.
En cuanto a la situación en Tierra Santa, lugar de coexistencia cultural y religiosa, señaló que “nuestros cristianos son a menudo extraños en su propia tierra”, ya que no hay que olvidar que Jerusalén es hoy la ciudad sagrada en la que conviven tres religiones monoteístas, la judía, la cristiana y la musulmana.
“Están orgullosos de ser nativos de la Tierra Santa”, dijo. “Han custodiado la fe durante siglos, tratan de vivir en paz y ser buenos ciudadanos”, aunque reconoce que “nuestros fieles viven en su propia patria como extranjeros y lo soportan como tal” y que pese a ser una pequeña minoría, siguen defendiendo con firmeza la fe que recibieron de sus padres.
Su Beatitud también habló de que “la iglesia católica es en este contexto muy pequeña”, pero sigue habiendo vocaciones al sacerdocio, con dos seminarios que han contribuido a mantener y hacer crecer las comunidades cristianas locales de la Diócesis de Jerusalén y sacerdotes “cuyos servicios son muy valiosos”, y más de un centenar de escuelas católicas, así como centros bíblicos, de acogida, hospitales, orfanatos…
Para el Patriarca “no se pueden separar los lugares de la gente y de la vida ordinaria del pueblo”.
Por otra parte, dotar al fenómeno del turismo con la doctrina social de la Iglesia fue otro de los aspectos abordados en esta jornada, especialmente en las intervenciones de los periodistas especializados en turismo Ramón de Isequilla Real de Azúa y Juan Francisco Rivero, presidente de Skal Internacional Madrid, que hablaron de la necesidad de potenciar elementos positivos e intentar corregir los negativos como el deterioro del patrimonio cultural y paisajístico, la merma de valores o de la dignidad humana.
Y precisamente de la necesidad de llegar a todas las realidades sociales del ámbito turístico, como la juerga desenfrenada o la explotación sexual de ciertos lugares de ocio también se habló en las ponencias de este jueves, especialmente por parte de Marcela Villares y María Francisca Sánchez.
La jornada se completó con las intervenciones de monseñor Juan C. Cárdenas, Obispo de Pasto (Colombia), que habló del Sistema integrado de gestión y evangelización para la Nueva Evangelización. Patrimonio cultural, Turismo, Educación y Pastoral Social, y de la teóloga y biblista polaca Bárbara Strzalkowka sobre el Proyecto de formación al servicio de la Pastoral de turismo de la Universidad Stefan Wyszynski. El valor cultural y religioso de la peregrinación en el mundo esclavo, como elemento y eje de la evangelización.
También participaron el cardenal Leonardo Sandri, por videoconferencia; Xabier Gómez, Balbina Sendra Alcina, Ignacio Echarte y Abelardo Arteaga Huertas.
El Congreso Mundial de Pastoral de Turismo llega el sábado día 8 a su fin con las últimas intervenciones de los ponentes, en una jornada en la que no faltarán las conclusiones tras las ponencias de estos días y los desafíos futuros, así como una peregrinación desde el Monte do Gozo a la Catedral compostelana, donde se celebrará la Misa del Peregrino, a las 19.30 horas, que pondrá fin a este encuentro mundial.