Tamarindo, eclecticismo cosmopolita en esta experiencia gastronómica
Tamarindo no
es un restaurante al uso. Para empezar, su nombre, Tamarindo Casa Cocina, y su
Patio Bar, y su emplazamiento, en plena plaza Mayor de Ourense. Es cocina
tradicional gallega con toque de otras cocinas del mundo, como la mexicana, la
japonesa... Con producto gallego atraen al turismo, y a los gallegos y
ourensanos que disfrutan de este establecimiento de 10 de la mañana a 3 de la
madrugada.
En Tamarindo
está Jorge Mejuto (Santiago, 1984) su gerente. La mano derecha del propietario
Rubén Gil, un arquitecto que viajó mucho y fue un visionario a la hora de poner
en marcha este negocio.
Tamarindo da
a dos calles. Para el restaurante se entra por rúa Arcedianos, aunque está
comunicado en su interior con Patio Bar cuya entrada está en la praza Maior.
El histórico
inmueble tenía en sus bajos tres negocios, explica Mejuto. Una camisería
tradicional llamada Wolf, una mercería y una peluquería. El gerente explica cómo
durante la rehabilitación del edificio se sacaron más de 100 camiones de
escombros y la remodelación duró un año. “Nadie apostaba” por lo que quería
Gil, explica Jorge Mejuto. El arquitecto quería algo que tuviera rasgos de
locales en Madrid, en Barcelona, en Bruselas...
Por eso, el
gerente define todo aquí como “ecléctico con un toque cosmopolita”. Eso es lo
que quería Rubén Gil. Y al final se creó algo distinto. Son ya cinco años de
trabajo. Jorge se incorporó como gerente hace medio año.
La piedra
angular de Tamarindo es la cocina gallega con sus productos gallegos. Pero
estos platos tienen efectos de otras cocinas.
Si
pidiésemos mejillones en escabeche, no debemos creer que nos los traerán en un
convencional escabeche. No. Es un escabeche hecho con cítricos como lima y
naranja, lleva soja, pimentón ahumado... El resultado: “Un producto estrella
como los mejillones con un toque singular”, explica Jorge.
En Tamarindo
las zamburiñas gallegas se preparan con Wakame, un tipo de alga. Solo aquí te
lo encuentras.
En el Patio
Bar las tapas tampoco son las convencionales. Se presenta en ese pan japonés, el
bao, con forma de media luna con pulled pork o con la salsa japonesa un poquito
picante, Kimchi. Otra tapa de gran aceptación son los tacos mexicanos con carne
de cerdo desmigada y guacamole, una
salsa mexicana preparada a base de aguacate o palta y chile verde o chile
pimiento.
El cliente
de Tamarindo son turistas, especialmente en verano que buscan tomar pulpo con
un Rías Baixas o un Valdeorras. El otro público del restaurante y el Patio Bar
son ourensanos, principalmente de nivel medio-alto, que buscan tranquilidad, un
lugar para estar sentados y chalar… para eso, su confortable chill out. Es lo
que en restauración se conoce como sitio down.
Le pedimos a
Jorge Mejuto un menú para un viernes de Cuaresma. De entrada recomienda una
lasaña florentina. Explica el gerente que todo se hace en la cocina del
restaurante: la pasta, la salsa, el relleno… Para contraste emplean queso DO
Cebreiro e introducen nueces como crujiente. “Es una sorpresa”, dice.
De segundo
nos recomienda la caldeirada de pescado. Todas las semanas van a la plaza y
adquieren el pescado de temporada para hacer la caldeirada. Preparamos la
ajada. Hasta ahí todo normal. Pero luego con todas las verduras hacen un puré
para servir con el pescado. Y sustituyen las tradicionales verduras por
boniatos para conseguir un contraste del dulce de éstos con la ajada. “Es una
delicia”, apunta Mejuto.
Para tomar
de postre sugiere dos, uno más ligero y otro contundente. El light es clafoutis,
un pastel parecido a la tarta de queso pero, en lugar de llevar harina
refinada, se hace con harina de almendra. Para los más golosos, el postre
recomendado sería torrijas al estilo Martín Berasategui. Las rebanadas de pan
están sumergidas tres o cuatro días en leche merengada a la que se añade limón,
azúcar y canela. Luego se rebozan en azúcar y se planchan para que adquieran
ese tono dorado. Y se finalizan con un poco de nata.
Mejuto
armoniza esta comida con un blanco Ribeiro. “Estamos en Ourense, en zona del
Ribeiro y son una maravilla”. Concreta en un Pazo de Toubes o bien un Paraguas.
Este menú de
Tamarindo Casa Cocina saldría a 40 euros por persona, y sin vino, por unos
20-25 euros. Toda una experiencia gastronómica que habrá valido la pena.
GALICIA
CALIDADE
Tamarindo
fue uno de los 4 primeros restaurantes que entraron en Galicia Calidade. “El
sello nos da prestigio… Para eso nos certificamos”, explica Mejuto. Pero el
gerente va más allá y habla de ese ‘Lecer’. “Es esa alegría y orgullo por lo
nuestro, por apostar por nuestros productos. En Tamarino ya trabajábamos antes
con producto gallego, pero ahora lo hacemos con más razón, con más ímpetu. El
sello de Galicia Calidade nos ha aportado el orgullo de ser gallegos. Sin
despreciar otras regiones…, pero los gallegos siempre hemos sido un poco
tontos. Porque hemos pensado que lo de fuera era mejor que lo nuestro, cuando
no es así. Tenemos todo: pan, queso, marisco, pescado, carne… ¡Todo! Tenemos
montaña y playa… Galicia es un paraíso, gastronómica y turísticamente hablando.
Y estamos en Ourense, la capital termal de Galicia…”.
PROYECTOS
Nada más y
nada menos que esta empresa quiere hacer en la misma plaza mayor de Ourense un
hotel boutique con encanto. “Este es un sitio privilegiado que lo tiene todo.
Es un sitio ideal. Comparable a la plaza de María Pita en A Coruña o el
Obradoiro en Santiago”. Claro que la
cosa va despacio como las obras de palacio, adelanta Mejuto.