Los Obispos de Galicia invitan a volver presencialmente a la misa del domingo

El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, durante la celebración de la santa Misa el día de Santiago Apóstol, en san Martín Pinario.

Los Obispos de las cinco diócesis de Galicia han escrito una carta Pastoral conjunta en la que invitan a los fieles a renovar “la antiquísima costumbre eclesial de participar en la Misa dominical y festiva con una presencia física y real, en el seno de nuestras comunidades de referencia”. Como se sabe, durante la pandemia, los Obispos de Galicia habían dispensado absolutamente a todos los fieles de cumplir con la obligación del precepto dominical de oír misa, sin necesidad de sustitución alguna, aunque recomendasen pero sin obligatoriedad, el seguir las celebraciones cristianas de ese tiempo por los modernos medios telemáticos.

En la actualidad, gracias a Dios, han sido ya levantadas las prohibiciones que afectaban a nuestra habitual movilidad, aun manteniéndose la exigencia de muchas cautelas. Por este motivo, nos parece necesario dirigirnos ahora a vosotros para levantar también la dispensa antedicha, de modo que todos, en la medida de nuestras posibilidades y con los cuidados debidos, renovemos con alegría y esperanza la antiquísima costumbre eclesial de participar en la Misa dominical y festiva con una presencia física y real, en el seno de nuestras comunidades de referencia…

Y prosigue la nota, “la singular experiencia del confinamiento ha sido, sin duda, una invitación a detenernos y a pensar en nuestro modo de vivir; y, en particular, una ocasión para comprender mejor la importancia que tiene para cada uno la celebración del domingo. Ahora es tiempo de salir de nuevo, con las medidas sanitarias exigidas, y de celebrar juntos la Santa Misa, con paz y alegría, con calidad litúrgica y calidez humana la Eucaristía dominical con los hermanos en la fe, presididos por nuestros sacerdotes. Así, participando en nuestras comunidades y parroquias, podremos afrontar los desafíos de nuestro tiempo alentados por el Espíritu del resucitado sostenidos por el gozo de celebrar presencialmente en el templo el día del Señor, y por la comunión en las riquezas de vida y de caridad que nos ofrece la Eucaristía”.