El hombre en los países desarrollados ha sentido su fragilidad
Comienzo
esta primera píldora económica, con la intención de prevenir y anticipar la que
nos viene. En principio mi condición de economista no me ayuda en este
propósito. Dicen que nos dedicamos muy bien a contar lo que ya pasó.
Cambios
económicos como consecuencia de cambios en la manera de pensar de los humanos.
Bicho
disruptivo, crisis perfecta, tormenta total.
En
palabras más económicas hay problemas
con la oferta y demanda, hay problemas
financieros y crisis generalizada que afecta a todos los países y a todos los
sectores.
Si
lo prefieres: “la leche en verso“ con
el agravante español de estar más endeudados de partida.
El
hombre en los países desarrollados ha sentido su fragilidad, en países no desarrollados
ya tienen experiencia de esto. Y, de la noche a la mañana todo se nos fue de
las manos…
Veo
al hombre más espiritual, más solidario, con menos dinero pero más valores:
austeridad, respeto por la vida, aprecio por los mayores.
La
economía de la solidaridad nace para quedarse y quizá moderar el principio de
maximización del beneficio.
Más espiritual porque la experiencia de su debilidad le hace humilde y reflexivo y le lleva a buscar un nuevo sentido a su vida.
La
solidaridad es la gran vencedora de esta crisis porque estando mal nos
dedicamos a ayudar al otro. La economía del aplauso y el voluntariado tiene un
largo recorrido.
Seremos
más austeros, más sobrios, el dinero no será tan importante en nuestras vidas.
Pero…vamos al tajo:
Tres
aclaraciones para no caer en el error:
La
crisis sanitaria no está resuelta ni
mucho menos, nuevos confinamientos modificarían estas reflexiones.
La
crisis económica también creará enfermedad, por hambre y somatización de preocupaciones.
Por
tanto el debate salud/economía es casi el debate salud/salud futura, un debate complejo.
España
afronta esta crisis sin los deberes hechos: un endeudamiento mayor que el de
nuestros socios. El PIB puede llegar a caer entre los años 2020 y 2021 en torno
al 20% y el paro puede oscilar entre un 20% a un 30%.
Es
previsible que Europa finalmente nos respalde (el eje franco-alemán propone un
fondo de ayuda de 500.000 millones de euros), no sé si será formalmente un
rescate o algo parecido. En cualquier caso la ayuda se condicionará a un ajuste
económico durísimo.
Repasamos
a continuación algunos sectores en concreto:
Sanidad:
No
es verdad que tenemos la mejor sanidad del mundo, cosa distinta es tener buenos
médicos.
En
cuanto a número de camas en España por cada 1000 habitantes es de los más bajos
de Europa. Recortes sanitarios los han realizado todas las formaciones
políticas. La responsabilidad del estado de nuestra sanidad no es de los Reyes
Católicos.
Será
un sector a reforzar aunque tampoco es posible tener un sistema sanitario que
cubra las demandas de una pandemia (sería antieconómico), si habrá que
prepararlo para atender incrementos futuros.
Mercado laboral:
En
una virulenta crisis como la actual no tiene mucho sentido el fuerte incremento
de salario mínimo, ni las prohibiciones de despedir.
Si
nuestro objetivo es el empleo es mejor despedir a unos cuantos que cerrar y es
mejor contratar con sueldos más bajos que no contratar.
Fuera
rigideces y aconsejo en estas circunstancias facilitar al máximo la
contratación.
Hay
muchas incertidumbres, lo que está de nuestra mano es facilitar la contratación.
Ponlo fácil y evita cierres.
Turismo:
Aunque
se espera un descenso de la globalización y a corto plazo se esperan
correcciones muy duras en el caso español - 12% PIB con un empleo de 2 millones
de personas- pasado un año y a largo plazo habrá que pensar que el sol es el
sol y vuelva con fuerza el turismo de Europa.
Seremos más localistas pero el turismo Europeo
tendrá que seguir funcionando, se reactivará de nuevo la construcción
turística.
Tenía
razón Luis Aguilé cuando cantaba aquello
de “es el sol español”.
Residencias de ancianos:
Después
de la experiencia vivida, entiendo que se puede producir una vuelta a las familias,
por tanto que el futuro de esta residencias corre peligro.
El
sector tendrá que realizar cambios en el
sentido de una mejor atención.
La
desatención a la que se han visto sometidos nuestros mayores en esta crisis ha
sido evidente a pesar de las altas cuotas que se pagan al mes.
Nuevas formas de trabajo:
El
famoso teletrabajo viene para quedarse, hemos avanzado en dos meses muchísimo.
No se trata solo de tecnología, la revolución es más profunda.
Trabajar
por objetivo, aumentar la productividad, ahorros de tiempos en los trasportes,
mejor conciliación familiar. Nuevos modelos en la gestión de empresas. Gestión
del tiempo.
Abandono
del modelo clásico de vender frente al
modelo storytelling.
Autónomos
de más de 45 años, con experiencia profesional creando nuevos negocios online y
gestionando su empleo.
Reducción
del coste de alquileres.
Pymes Créditos:
Tenemos
una estructura de pymes con una dimensión más pequeña que la de nuestros
principales socios comunitarios. El crédito se lo están llevando las grandes y
solidas empresas, a las pequeñas se le reestructuran préstamos en donde el
banco consigue el aval del estado, el
80% de los préstamos son denegados. Dos
posibles soluciones para las empresas con problemas financieros, reconversión o
capitalizarse con acuerdos y fusiones.
La falta de liquidez es el principal motivo por lo que la pymes cierran y de momento ya el 11% han cerrado. O sabemos capitalizarnos sin contar con los bancos mediante acuerdos y fusiones o el futuro será más que incierto.
Se
calcula que las necesidades financieras causadas por el bicho están en torno a
200.000 millones de euros y de momento solo se han atendido 13.000 millones
aproximadamente un 7% de las necesidades financieras.
Por
tanto el estado está transfiriendo la liquidez por el lado de la demanda: paro,
rentas mínimas, Ertes… sin atender a la oferta que es la que crea empleo.
Los bancos esperan impagos en las hipotecas, no es previsible que rieguen con liquidez al mercado, al menos de momento no lo están haciendo.
Por G. Sierra. concursalgs@gmail.com