Benidorm, un modelo de vanguardia turística
Tan pronto como las circunstancias lo permitan y surja la oportunidad debemos ejercer el sueño de viajar con la visita a lugares maravillosos. Con seguridad. Necesitamos hacerlo, pues el trasladarnos y cambiar de hábitos es salud para el cuerpo y para el espíritu. Y esencial para la economía.
El turismo en España tiene un nombre mítico, quizás demasiado anclado en el tópico de los sesenta, en lo sueco y la poca ropa, en los viajes del INSERSO. Es Benidorm.
Más allá de la mítica, este Nueva York mediterráneo se eleva en maravillas que responden a deseos y expectativas, que caminan de modo acompasado con a la demanda real y atiende a todas las posibilidades. Su universalidad, su cosmopolitismo emana de su oferta. Más allá del sol y la playa, su turismo como industria ha permanecido en vanguardia, ofertando establecimientos portentosos, paseos, hoteles, restaurantes, espacios de ocio y naturales, que luego han sido copiados en otros lugares. Su ubicación entre el mar y la montaña ofrece la posibilidad de disfrutar en condiciones excepcionales de deportes acuáticos, senderismo, barranquismo o ciclismo, golf, y de una gastronomía excelsa. Experiencias únicas al aire libre o en lugares cerrados.
En Benidorm se encuentra la respuesta deseada, acorde a cada posibilidad o ambición. Esto habla de la madurez de un sector que ha sido pionero en incorporar las posibilidades tecnológicas, en hablar idiomas, en reconvertirse cada cierto tiempo, en responder al coronavirus. El turismo es parte esencial de nuestras vidas, y lo es también de los ingresos públicos. Ocio y negocio, vanguardia y modernidad, seguridad y salud.
Benidorm es la tercera ciudad con más plazas hoteleras de España, tras Madrid y Barcelona, con 141 hoteles, y está entre las cuatro urbes más visitadas del país, tras añadir a las antedichas Sevilla. Ofrece tres mil establecimientos comerciales. Exhibe más de 60 rascacielos -26 con más de cien metros-. Fue la primera en ser certificada como Destino Turístico Inteligente por el Instituto para la Calidad Turística de España, gracias a la innovación, accesibilidad, transformación digital -en colaboración con SEGITTUR- y a su modelo vertical, que permite un mejor aprovechamiento de los recursos.
Ciudad abierta, libre -recuerden que fue el primer lugar de España en el que se permitió el bikini-, es el destino elegido por millones de turistas cada año, y en verano logra multiplicar por 6 su población de 70.000 habitantes, sin descuidar los servicios públicos.
Un especial microclima, de dulces y templados inviernos y de veranos atemperados por la brisa marina, permiten el disfrute de una naturaleza que se ha respetado en el surgimiento de una ciudad moderna en la que vivir todo el año, en la que ver convivir gentes variopintas de culturas distantes y diversas, coloristas, en un estar seguro, en el que ejercitar eso que los extranjeros demandan: nuestro modelo de vida.
Tenemos un gran modelo que seguir y está aquí en España. Todo bajo el sol y entre tópicos que son mentira. Pregúntenle a sus mayores o a sus hijos adolescentes.
Alberto Barciela
Periodista
Miembro de la Mesa del Turismo de España