La creciente "autobesidad" de los SUV plantea nuevos retos para la movilidad urbana

El aumento de coches de grandes dimensiones, como los SUV, está generando problemas de espacio y movilidad en las ciudades españolas, afectando la habitabilidad urbana. Expertos destacan la necesidad de adaptar infraestructuras para gestionar este fenómeno.

La tendencia a reducir el tránsito de vehículos privados en los centros urbanos de España sigue en aumento. Las ciudades, con un espacio limitado, han comenzado a restringir el tráfico rodado y a destinar más áreas para peatones y ciclistas. Sin embargo, la moda de los coches de grandes dimensiones, como los SUV, está creando un nuevo desafío: la "autobesidad". Este fenómeno se refiere al incremento constante del tamaño de los automóviles, que cada vez son más anchos y largos, lo que genera problemas para la movilidad y la habitabilidad de las ciudades.

Según expertos en movilidad urbana, los coches crecen un centímetro de anchura cada dos años, y el auge de los SUV en entornos urbanos está agravando este problema. Actualmente, más del 15% del parque automovilístico en España está compuesto por SUV, un porcentaje que no deja de aumentar. El Hyundai Tucson es el SUV más vendido en el país, mientras que en Europa destacan modelos como el Tesla Model Y.

El aumento en el tamaño de los coches no solo implica un mayor uso de los limitados espacios de estacionamiento, sino que también reduce el espacio en las vías, generando dificultades para la circulación. Además, este fenómeno tiene implicaciones medioambientales, ya que los SUV tienden a emitir más CO2 que los coches más pequeños.

Jaime Requeijo, director general de EasyPark España, señala que "las ciudades deben adaptarse a esta nueva realidad con infraestructuras y tecnologías que gestionen eficientemente el tráfico y el aparcamiento", pero advierte que el aumento de vehículos grandes puede afectar la habitabilidad urbana.

A medida que los SUV ganan popularidad en toda Europa, la "autobesidad" se perfila como un reto clave para el futuro de la movilidad en las ciudades, obligando a replantear la manera en que se gestionan los espacios urbanos y la sostenibilidad del tráfico rodado.